Esta figurilla antropomorfa, que presenta a un personaje sin indumentaria, pertenece al periodo Clásico en Teotihuacan y actualmente forma parte de la colección del Museo Nacional de Antropología.

Durante el periodo clásico (entre los años 200 y 600), Teotihuacan alcanzó su mayor apogeo, reflejado en sus imponentes estructuras arquitectónicas, como la Pirámide del Sol y la Pirámide de la Luna, y un notable crecimiento urbano. Durante esta época, la ciudad también destacó por su avanzada producción en obsidiana, su escultura en piedra y su refinada alfarería.

El auge demográfico agotó la capacidad agrícola del valle, lo que hizo imprescindible establecer redes de comercio con regiones cercanas. Este intercambio no solo garantizó el abastecimiento de recursos, sino que también fomentó la interacción cultural entre diversas sociedades mesoamericanas.

Descubre más detalles sobre esta pieza prehispánica y el legado teotihuacano en la Mediateca INAH.

Ir al contenido