Interpretada por el músico Francisco Guzmán, esta pieza forma parte del primer disco de la serie “Testimonio Musical de México”, producida por la Fonoteca INAH.

Su nombre proviene del instrumento con que se ejecuta: el arpa grande con 31 cuerdas. Tanto la música como la danza están incorporadas a la vida religiosa de la Huasteca indígena y suelen presentarse durante las grandes festividades, que se prolongan toda la noche. La danza grande reúne más de cien sones distintos, casi todos nombrados en referencia a animales.

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