Señor de Villaseca

El Museo de El Carmen conserva un exvoto dedicado al Señor de Villaseca, ofrecido por María Soledad en agradecimiento por una milagrosa sanación.
Don Alonso de Villaseca fue un europeo que arribó a la Nueva España en 1545, trayendo consigo tres imágenes de Cristo. Dos de ellas las colocó, para proteger a los trabajadores, en una mina de oro y plata de la que se hizo propietario; la tercera fue donada al templo del Mineral de Cata, en Guanajuato. Esta, en agradecimiento a Alonso, fue conocida como El Señor de Villaseca
El primer milagro atribuido a la imagen del Señor de Villaseca data de 1620. Una mujer, atrapada en un matrimonio infeliz y violento con un minero, encontró consuelo en otro hombre, también minero. Un día, mientras le llevaba una canasta de comida a su amante, fue sorprendida por su esposo, quien la amenazó con un cuchillo. Aterrada, la mujer se encomendó al Señor de Villaseca. Cuando su esposo le preguntó por el contenido de la canasta, ella respondió que se dirigía a llevar flores a la tumba de don Alonso. Milagrosamente, el contenido se transformó en flores.
Agradecida por el prodigio, la mujer prometió llevar flores cada semana a la tumba del Señor de Villaseca. Poco tiempo después, su esposo falleció en un accidente dentro de la mina y ella continuó su vida al lado de su amante.