De autoría anónima es este óleo que retrata una escena apócrifa de la vida de este importante teólogo latino, en la que un niño intenta llenar un agujero hecho en la arena de la playa acarreando agua del mar con una concha.

Se cuenta que Agustín caminaba en la orilla del mar buscando comprender el misterio de la Trinidad cuando vio a este niño y trató de hacerle ver lo difícil que era la tarea que estaba haciendo, entonces el niño le respondió: “Es más fácil llenar de agua este agujero que desentrañar el misterio que da vueltas en tu cabeza”.

Aunque esta anécdota de tradición medieval carece de fundamentos, ilustra la insaciable curiosidad y constante búsqueda de la verdad que caracterizaron a San Agustín. Conoce esta pintura en el Museo Regional Potosino y en la Mediateca INAH.

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