El número 1051 del suplemento cultural El Tlacuache dedica sus páginas al estudio de los antecedentes históricos, las características materiales y la técnica de manufactura de los naipes, para posteriormente centrarse en la baraja española que perteneció a Emiliano Zapata.

Debido a los pocos datos que poseían las autoras, Vanessa Macías Fernández y Mitzi de Lara Duarte, acerca de la baraja, tuvieron que realizar una investigación documental que les permitió determinar que el origen de los naipes es incierto, lo que se sabe con certeza es que el uso de los naipes en Europa inició en la segunda mitad del S. XIV.

Si bien en las culturas mesoamericanas el patolli era un juego de azar en el que los jugadores y espectadores apostaban mantas, cuentas de oro y piedras preciosas, fueron los europeos quienes trajeron y popularizaron las partidas de cartas. El incremento de los juegos de azar fue visto por la Corona española como una importante fuente de ingresos, por lo que Felipe II instauró nuevas legislaciones respecto al juego de naipes y se prohibió la fabricación de barajas en la Nueva España.

Las autoras consideran que no se puede rastrear en qué momento se reinició la producción de naipes en México, aunque es posible suponer que hasta inicios del siglo XX fue un producto de común importación, tal como sucedió con la baraja española de Emiliano Zapata.

Lee este artículo completo en El Tlacuache N°. 1051, editado por el Centro INAH Morelos y publicado en octubre de 2022. Consúltalo en la Mediateca INAH.

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