El Jarabe Tapatío

El Jarabe Tapatío simboliza el cortejo del hombre a la mujer, quien primero lo rechaza y después lo acepta. Este baile es reconocido mundialmente como símbolo de la identidad mexicana. Diversos investigadores han coincidido en aceptar que desciende del jarabe gitano, el cual fue modificándose a lo largo del tiempo.
En las haciendas de los siglos XVII y XVIII los criollos bailaban estos jarabes durante su tiempo libre. Originalmente sólo participaban los hombres, pero posteriormente se incluyó en ellos a las mujeres. El baile se practicaba libremente hasta que los españoles lo prohibieron por considerarlo ofensivo e inmoral.
Durante la Independencia de México el jarabe se convirtió en un símbolo de libertad e identidad. En diversos pueblos se modificó para convertirse en bailes regionales. En el siglo XIX el jarabe, con sus distintas denominaciones, llegó a convertirse en el baile nacional, siendo muy representativos los que se bailaban en los estados de Guanajuato, Colima, Nayarit, Jalisco y en los pueblos costeros.
La composición del Jarabe Tapatío se le reconoce al músico, José de Jesús González Rubio (1800 – 1875), originario de Guadalajara, quien creó la fusión de diferentes sones de la República Mexicana.
La representación del Jarabe Tapatío que aquí se presenta fue elaborada en el siglo XIX en el estado de Guanajuato. Esta maqueta se exhibe en el Museo Nacional de Historia, conócela en la Mediateca INAH