Un devocionario es un libro de plegarias para los fieles, pero también existe como serie de imágenes que permite a los fieles dedicar sus oraciones al santo de su fervor.

Este lienzo está dividido en 23 recuadros presididos por la Santísima Trinidad. Se distinguen tres temas principales, al centro se observan referencias cristológicas, a los lados advocaciones marianas y en los extremos hay diferentes santos que culminan (de arriba hacia abajo) con dos imágenes de Cristo crucificado. El pintor anónimo escribe: “Se acabó el 24 de julio de 1827”. Se trata de una pieza íntima, que debía haberle recordado al dueño o a la dueña que pasara lo que pasara siempre estaba protegido.