La joven diosa de la belleza y el erotismo, era patrona de las tejedoras, los orfebres, las artes y las damas de la noche.

Vivía hilando y tejiendo, cuidando de hombres y dioses pero era invisible porque los enanos y los corcovados cuidaban celosamente de ella. Durán la describe como “una mujer moza. Tenía unos zarcillos de oro y en las narices un joyel de oro colgado que le caía sobre la boca. En ambas manos tenía dos rosas labradas de plumas, con muchas estampitas de oro, y tenía los brazos abiertos como mujer que bailaba”.

Aquí, en la Mediateca INAH puedes ver varias representaciones de Xochiquetzal.