Manuel Orozco y Berra, director del Museo Nacional
El Diario del Imperio
5 de enero de 1867
S. M. el emperador, tomando en consideración las circunstancias que concurren en Ud., por acuerdo expedido en Puebla a 1º del actual se Ha servido nombrarlo Director del Museo Nacional.
Lo comunico a Ud. para su inteligencia y satisfacción
El ministro de Instrucción Pública
Aguirre
Sr. D. Manuel Orozco y Berra.
573
D. Manuel Gómez Ibarra se titula de arquitecto
El Diario del Imperio
5 de enero de 1867
S.M. el Emperador, tomando en consideración la solicitud de usted, por acuerdo expedido en 29 de diciembre próximo pasado se ha servido facultarlo para ejercer en el Imperio su profesión de arquitecto, sin que le perjudique para los efectos legales, la falta de título que recibió del Instituto de Guadalajara en el año de 1838, y que manifiesta habérsele extraviado.
Lo comunico a usted para su inteligencia y como resultado de su expresada solicitud.
El Ministro de Instrucción Pública y Cultos,
Aguirre
Sr. D. Manuel Gómez Ibarra
574
Provisión de becas en colegios de la capital
Diario del Imperio
5 de enero de1867
Con fecha 31 de Diciembre próximo pasado, S.M. el emperador se ha servido expedir el acuerdo que sigue:
Tomando en consideración con arreglo al decreto de 30 de abril último, sobre provisión de becas de gracia en los Colegios de la capital, las diversas solicitudes que para lugares vacantes se han presentado, hemos tenido a bien acordar:
1º Se conceden becas de gracia:
En San Ildefonso. Liceo y Colegio. a D. Luis Ocampo.
En San Juan de Letrán. A D. Felipe Portillo.
Escuela de Agricultura. A D. Agustín Alvarez y D. José Fuentes.
Academia de San Carlos. A D. Miguel Pérez y D. N. Olivera.
2º Los lugares que aún quedan vacantes se proveerán en enero próximo, en vista de los justificantes que presenten los interesados en las solicitudes que aún quedan pendientes.
Y lo traslado a V. S. para su conocimiento y fines consiguientes.
El Ministerio de Instrucción Pública y Cultos.
Aguirre
575
Calendario pintoresco de 1867 de Decaen y Debray
La Sociedad
7 de enero de 1867
Dice La Patria:
Hemos visto el que anualmente graba la casa de los Sres. Decaen y Debray. Es una preciosa vista de la nueva plaza o paseo Maximiliano. Es muy propio para hacer un regalo.
576
Se inauguró la Escuela de Artes y Oficios
Diario del Imperio
8 de enero de 1867
Uno de los mejores colegios con que se honra esta capital, es el de Santa Isabel, dirigido por el Sr. D. Juan Díaz de las Cuevas. Las cualidades del Director y de los profesores encargados de las cátedras, justifican la buena reputación de que goza este establecimiento.
Anexo a él ha planteado el Sr. Cuevas otro de suma importancia, y es la Escuela de Artes y Oficios que se inauguró hace poco tiempo y sigue abierta en el edificio del Carmen de San Ángel. Ha sido una feliz idea la de unir ambos establecimientos, porque esto proporciona grandes ventajas a los niños que quieran ser artesanos sin dejar por eso de recibir la conveniente instrucción literaria.
En el lugar correspondiente verán los lectores un aviso relativo al Colegio y a la Escuela.
577
Traveseando y reposo
Ilustración Americana
9 de enero de 1867
Entre los artistas que más prometen en Inglaterra debe contarse Miss Farmer, cuyos cuadros han atraído la atención del mundo artístico. Ella ha ido a buscar el asunto de sus cuadros en el último escalón de la escala social, bebiendo la inspiración principalmente en las escenas de la vida de los niños, las cuales copia con verdad y precisión notables. Los dos cuadros, cuyos grabados publicamos hoy, son muestras admirables de su genio y no podrán menos de poner el sello a su fama como pintora verídica y de sentimiento. La expresión de la muchacha que detrás de la puerta entreabierta, está meditando la maldad, no deja nada que desear, la vida no es más verdadera. Y no es menos divertida la sátira que resulta del cuadro de la misma muchacha dormida en una silla, como si en ese estado no más le fuera posible dejar de hacer maldades o no pensar en ellas.
578
El Museo Real de Madrid
La Sociedad
12 de enero de 1867
Dice uno de los redactores del Charivari de París, hablando de su reciente viaje a España:
Bien, quisiera decir algo a ustedes del Museo Real, que es una maravilla incomparable; pero ¡cómo! esto sale un poco de mi cuadro y la admiración me arrastraría muy lejos.
Para celebrar dignamente esa colección única, se necesitan volúmenes y más volúmenes. Eso es un deslumbramiento sin fin. Al entrar en ese santuario del arte, se va de una a otra revelación. Quien no ha visto el Museo de Madrid conoce apenas a Rubens y no conoce absolutamente a Velázquez. Velázquez, el más grande de los pintores, sin excepción de tiempo ni de escuela! Quise proporcionarme el catálogo del Museo de Madrid, ¿creerán ustedes que fue imposible encontrar siquiera un ejemplar? La edición se ha agotado y no se ha pensado en hacer otra.
579
Lady Godiva
Ilustración Americana
16 de enero de 1867
He aquí un grabado del lindísimo cuadro de lady Godiva, por el pintor Leutzé, el cual presentamos como una muestra de su estilo.
Tan conocido es el suceso que sirve de asunto al artista que apenas tenemos necesidad de entrar en pormenores. Baste decir, que lady Godiva era esposa de Leofric de Mercia, y que ella ofreció hacer cuanto le ordenase su “señor y amo”, con tal que suspendiera la ejecución de una pesada gabela que había echado él sobre su pueblo. Aquel malvado arrogante, con sonrisa feroz le dijo: ¿Qué harás tú por semejante rebaño? Todo lo que se sirva mandarme V.S., contestó ella con humildad, porque es bueno que digamos que las esposas eran entonces muy obedientes y humildes. ¿Darás desnuda un paseo a caballo por esta buena ciudad de Coventry?
La proposición era dura de cumplir; pero su tierno corazón se decidió a sobrellevar aquel martirio, peor que la muerte para una mujer pudorosa a fin de alzar la carga que pesaba sobre el afligido pueblo. Sus bellos y copiosos cabellos, que según afirma la tradición le crecieron extraordinariamente en la noche que precedió al día fijado, fue todo lo que ella tuvo para ocultar sus sagradas formas, y así anduvo toda la ciudad a caballo, en la clara luz del medio día, mientras los habitantes cerraban sus ventanas y caían de rodillas orando fervientemente.
Solo un miserable, tentado por la maravillosa beldad de la esposa de su soberano, se atrevió a abrir su ventana y ponerse a contemplarla cuando pasaba al paso mesurado del palafrén, guiada por un perro. Y quedó ciego. De aquí procede el dicho: Curioso Tom de Coventry.
Manuel Leutzé
Este eminente pintor del cual damos un retrato en la página 196, y uno de sus cuadros al frente, nació en Gmünd Würtemberg el 20 de mayo de 1816. Cuando se hallaba todavía en la infancia, emigraron sus padres a América y se establecieron en Filadelfia, donde él pasó su juventud. Fue allí y mientras velaba a la cabecera de la cama de su padre enfermo, donde primero ensayó un dibujo, y con tanta asiduidad cultivó este talento revelado por la mera casualidad, que al fin adquirió mucha destreza en el arte de pintar retratos. Su primera obra como pintor fue la de un indio contemplando el sol poniente, en que desplegó talento para componer y bastante corrección de dibujo; y esa le valió fama y provecho, pues empezaron a lloverle órdenes para cuadros y retratos que apenas podía cumplir, y le impidieron pasar a Europa a perfeccionar sus estudios, cosa que deseaba ardientemente. Con todo eso, logró desempeñar las más urgentes, y fue a Düsseldorf donde se agregó como discípulo al taller del célebre pintor Lessing, bajo la dirección de la cual hizo Leutzé rápidos adelantos.
La primera obra de composición que hizo en Europa, fue la de Colón ante los doctos de Salamanca que compró la Academia Art Union de Düsseldorf. En seguida hizo otra que representaba al mismo Colón con los grillos, la cual le valió la medalla de la Exposición de Artes de Bruselas.
En 1843 estudió en Munich las obras de Kaulbach, y esto sin duda alguna le sirvió para ejecutar su gran pintura al fresco en el Capitolio de Washington, de que hemos hablado en el número 5 de La Ilustración . En seguida fue a Venecia y a Roma, donde ocuparon toda su atención las obras de los antiguos maestros del arte. En 1845 volvió a Düsseldorf, se casó allí y residió hasta 1849, año en que retornó a América con el fin de fijar en ella su morada. Con excepción de un corto viaje a Europa, para traer su familia, Mr. Leutzé no ha salido de Nueva York.
Entre las primeras obras que más acreditan su talento como pintor histórico, deben citarse: El desembarco de los septentrionales en América; Enrique VIII y Ana Bolena, y Washington cruzando el Delaware –que es la más conocida de todas. Últimamente ha hecho dos retratos del general Grant. Tiene pocos rivales en esta rama del arte de pintar. La última y la más encantadora de las obras de Mr. Leutzé, pues la concluyó el pasado verano, es el cuadro de Lady Godiva, a que ya nos hemos contraído.
Mr. Leutzé es de estatura mediana, fuerte y musculoso. En sociedad es agradable, se expresa con facilidad y gracia. Sus maneras son finas y elegantes, pues ha pasado la mayor parte de su vida entre la gente culta y bien educada.
580
La Exposición de Parí
La Sociedad
21 de enero de 1867
23 de marzo de1867
Correspondencia del Diario de la Marina
Nuestro corresponsal de París nos remite los siguientes curiosos pormenores acerca de la exposición que ha de verificarse dentro de pocos meses en aquella capital:
Todo lo que se anuncia y se prepara en París hace prever que la próxima exposición universal será el conjunto más grandioso e interesante que los siglos han ofrecido como exponente de los progresos de la inteligencia humana en todos los ramos en que ha aplicado sus ilimitadas fuerzas productoras. De estos ramos ninguno deberá ser descuidado para el adelanto cubano; pero recientemente hemos visto bosquejado el programa de uno que indudablemente presentará un vivo interés. Helo aquí formulado con claridad:
La gran Exposición de la industria que se abrirá el 1º de mayo próximo, no será únicamente una colección de maravillas industriales, a propósito para llevar viajeros a París, satisfacer su curiosidad y procurarles entretenimiento. Innegables son los resultados prácticos que ha de producir ese inmenso concurso de la inteligencia y del trabajo, bajo cualquier punto de vista que se le considere. Por ahora vamos a indicar el fruto que de ese universal certamen sacará la agricultura en todos sus ramos; y para ello reproducimos los siguientes párrafos de una correspondencia de París, en que se habla del lugar que ocupará en la Exposición esta importante fuente de riqueza. Recomendamos esta correspondencia a nuestros lectores, y particularmente a los que están dedicados a las faenas agrícolas, porque en ella encontrarán indicaciones que les pueden ser de gran provecho para mejorar el cultivo de los campos y aumentar los productos de la tierra, aprovechándose de los instrumentos y ensayos que se van a ver en la Exposición. Dicen así los párrafos a que hemos aludido:
La exposición universal de 1867 ha sido organizada bajo la idea de demostrar a la vez al público los productos del trabajo y los métodos de producción en actividad, en las condiciones lo más vecinas posibles de la realidad. Los trabajos del agricultor no podían hallar un teatro que les conviniese ni en el Palacio, ni en el parque del Campo de Marte, y por esto la comisión imperial ha comprendido en su plan general el establecimiento de un campo de experiencias, destinado a mostrar en actividad los aparatos que funcionan habitualmente en los campos y en las haciendas y a derramar en el público las nociones útiles sobre la práctica de los trabajos del agricultor.
Entre los sitios que le fueron ofrecidos en la proximidad de París, prefirió la isla de Billancourt, poco distante del Campo de Marte, que ofrece un conjunto de cerca de 22 hectáreas de un terreno de mediana consistencia, propio para ensayos variados de cultivo.
Para instalar en este campo experimental una exposición de instrumentos y los procedimientos del cultivo en acción, fue dividida en varias porciones la superficie de la isla, las cuales corresponden a las grandes subdivisiones del trabajo rural.
La primera sección será afectada a los trabajos ejecutados en las haciendas por medio de máquinas. Debajo de abrigos especiales funcionarán las majadoras y trilladoras, los corta-pajas y corta-raíces, las cribas, etc. A estas muestras de las faenas de campo, se refieren exposiciones concernientes a industrias que les están por lo común anexas, como la producción de aves cebadas, la fabricación de fécula, del azúcar, del alcohol, de las mantecas y del queso, del vino, del aceite y también la cría de las abejas y la preparación de la cera y de la miel. Allí podrían ejecutarse, a los ojos del público, los trabajos de forja y herraje, de zuecos, de canastas, de medidas; allí podrán ser instaladas las pilas de carbón vegetal quemándose, fábricas de tubería para el drenaje y la ollería ordinaria. Finalmente, en esta porción de terreno destinada a las tareas agrícolas, se podrán manifestar a los cultivadores a quienes interese este género de experiencias, la preparación de los estiércoles comerciales, el molido de los coprolitos, la fabricación de los superfosfatos, la desinfección de las materias animales propias para servir de abono o de estiércol.
La segunda porción será destinada a los instrumentos de labor, de cultivo y de cosecha, movidos por el vapor o por los animales. Se organizarán particularmente experiencias numerosas sobre el manejo de los arados y de las segadoras. Siembras que se practicarán periódicamente, permitirán el ver funcionar de un modo regular, las sembraderas y las azadas. Se tomarán todas las medidas oportunas para presentar cada mes, el conjunto de tareas campestres según el tiempo y la estación.
En la tercera sección hallarán sitio las muestras de praderas naturales y artificiales, los trabajos de drenaje, de riesgos superficiales o subterráneos, con estiércoles líquidos, vinazas o agua pura. Será objeto de ensayos interesantes, el empleo comparado de las máquinas elevatorias, diques y otros medios conducentes al aprovechamiento de las aguas bajo el punto de vista agrícola. En esta sección del campo, funcionarán particularmente las segadoras, los rastrillos mecánicos, las marchitadoras del heno.
La cuarta porción será consagrada al cultivo de la remolacha, de las patatas y otras plantas del cultivo escardado, según los métodos más recientes y con instrumentos perfeccionados.
La quinta sección estará afectada a cultivos especiales, de hortaliza y arbustos, hongos, rosales, grosellas, fresales y otras plantas de flor o de frutos, cuya explotación es tan importante en las cercanías de las grandes ciudades.
Esta repartición del campo de experiencias ha sido adoptada con la mira de organizar dos series de ensayos agrícolas destinados a la instrucción general del público y a la especial de los cultivadores. La primera serie tendrá por objeto ensayos diarios que darán a conocer al público las principales operaciones y las diversas fases del cultivo, según los productos y las estaciones. Estos ensayos serán concertados anticipadamente entre los expositores que suministrarán los elementos y el jefe de servicio afecto a esta parte de la exposición, quien redactará regularmente un programa diario, que será anticipadamente publicado, tanto en la isla de Billancourt como en el Campo de Marte, cuya ejecución será vigilada y dirigida por él mismo.
La segunda serie de experiencias tendrá por objeto la apreciación comparada de los métodos, de los instrumentos y de las máquinas nuevas, que la agricultura tiene sumo interés en conocer. Tendrán lugar en terrenos reservados para este objeto, concursos destinados a manifestar el uso de las máquinas perfeccionadas.
El primer concurso comprenderá la siega de los prados por medio de máquinas y el de secamiento y recolección del heno, su amontonamiento, etc., por medios mecánicos. Gracias a las siembras y regadíos, las experiencias de las segadoras podrán renovarse todas las semanas.
El segundo concurso será consagrado a las primeras labores del terreno, con arados y otros instrumentos movidos por el vapor, que no cesará de funcionar durante la exposición. Los problemas importantes que se refieren a este sistema de cultivo, darán un particular atractivo a las experiencias de este concurso.
El tercero manifestará los resultados obtenidos con el empleo de los animales en el desmonte, labores, rastreo y aplanamiento del terreno.
El cuarto concurso se dedicará al ensayo de las sembraderas que funcionarán en sitios especiales, labrados, rastras y preparados cada quince días después de la siembra. La cosecha de los cereales será el objeto de un quinto concurso, cuya importancia apreciarán todos los agricultores.
Para facilitar a los expositores los ensayos de sus inventos, el jefe de servicio les procurará, por solo su valor, las materias primeras, animales o máquinas locomóviles. Los mismos podrán también establecer en Billancourt un depósito para la venta de aparatos o instrumentos que hayan funcionado a la vista del público. Tendrán también lugar ventas periódicas de animales reproductores y otros, en presencia de los nuevos agricultores que vendrán a París a ver la exposición.
Debe preverse que esta exposición del trabajo agrícola, a las puertas mismas de París, atraerá un inmenso concurso de viajeros de todas las clases de la sociedad; y ya los planes de la comisión imperial, comunicados oficiosamente a varias personas, excitaron el interés de algunas empresas, para facilitar a los expositores y al público cuanto pueda serles útil y agradable. Otros proyectos se refieren a organizar en la isla diversos ejercicios náuticos, experiencias de salvamento de náufragos, que puedan ser vistas por millares de espectadores.
La comisión ha comenzado ya a conceder espacio a los expositores, conforme a varias reglas detalladas en la circular.
581
Nuestros grabados
Ilustración Americana
23 de enero de 1867
Uno de los ramos más importantes y costosos del establecimiento en que se publica la Ilustración Americana, es el de los grabados, como que todo él está destinado principalmente a la publicación de periódicos ilustrados, según ahora se dice. Prescindiendo de la operación material en que un simple retrato, antes de poder imprimirse pasa por tres o cuatro manos de artistas, que cada uno es una especialidad en la parte que desempeña, porque el que hace la cara, no hace el ropaje, etc.; prescindiendo de todo esto, decimos, es sabido que no se obtienen grabadores buenos con la facilidad que se obtienen buenos cajistas, que el tiempo que se emplea en un grabado es mucho mayor del que se emplea en parar cien páginas de un libro en folio, y que lo mismo no se paga la obra de mano que abunda como la obra de ingenio que escasea. Por otra parte, el artista que proporciona el bosquejo tiene que viajar y ver por sí mismo los objetos y paisajes que sirven de asunto al grabador, y todo esto cuesta también sus buenos pesos.
Agréguese a lo dicho, que es preciso andar siempre a caza de la novedad, de lo extraño, de lo notable o digno del reproducirse con el buril; y el grabado que costó tanto y sirvió una vez, es probable que no vuelva a servir nunca. El centenar de cajistas, las innumerables libras de tipos, los infinitos útiles de imprenta, las prensas costosas, movidas por vapor, las miles de resmas de papel que se consumen semanalmente en los varios periódicos que publica el establecimiento de Frank Leslie, por mucho que sea su costo, y es grande, no es comparable con lo que cuesta el solo ramo de los grabados.
Entramos en estas ligeras consideraciones, porque según vemos por un diario de La Guaira, allá medio que se han amostazado por una lámina de un sitio de Caracas. Se disputa su exactitud, mas se niega que haya cosa que se le parezca en la capital de los Estados Unidos de Venezuela. Que allí se tomó la vista no es posible negarlo, por razones tanto internas como externas que lo corroboran; que no sea un retrato fiel, o que no hace favor, pase. Pero si ese mismo indignado escritor venezolano, con pincel en mano, viene aquí y copia la Quinta Avenida, desde la calle 59 para arriba, y luego le enseña su bosquejo a un cochero del City Hall, de seguro que no dejará de decirle que es de las Cinco Puntas.
Suponemos que el dibujante no tomó el mejor punto de vista, ni fue bastante nimio en su obra, y el grabador, en consecuencia, no conservó el exacto parecer de familia, que no estaba tampoco marcado en el original. Queremos y ponemos los medios para pintarnos tales cuales somos; si alguna vez no alcanzamos la exactitud apetecida, culpa no es de nuestro corazón, ni de nuestra cabeza, sino de nuestra impericia mano.
Pero que ya que el diarista se muestra tan celoso de lo suyo, sería bueno que declarase de dónde tomó el artículo biográfico de la Ristori, el cual sin nombre de padre publica íntegro, y copia hasta la errata de intercepción por intercesión, que se nos escapó en La Ilustración.
582
Suspenden aumentos de colecciones en Museo
Diario del Imperio
26 de enero de 1867
Las penurias del erario han obligado a S.M. el Emperador a mandar suspender los trabajos que se habían emprendido para aumentar las colecciones adquiridas hasta ahora, poniéndole bajo un pie digno de una nación culta.
Los objetos existentes se han entregado a la custodia del Sr. D. Manuel Orozco y Berra, quién con su acostumbrado patriotismo se ha hecho cargo de ellos mientras las circunstancias permitan seguir la obra emprendida, y cuyo enriquecimiento es uno de los deseos mas predilectos de S.M.
583
Medalla de Lincoln
La Sociedad
27 de enero de1867
De París escribe al corresponsal del Herald de Nueva York lo siguiente:
Hoy (diciembre 7) he visto en la legación la elegante y maciza medalla de oro presentada a la Sra. Lincoln por una comisión que representa cincuenta mil demócratas franceses. La suscripción para esta medalla se abrió poco después del asesinato del presidente y se limitó a dos sueldos por suscriptor. El gobierno opuso cuantos obstáculos pudo al logro del pensamiento, y prohibió que se publicase en los periódicos la invitación y la lista de suscriptores, así como negó su permiso para que se acuñase la medalla en la casa de moneda de Francia; razón por que fue preciso hacerla en Ginebra. Es una pieza de oro sólido, como de dos pulgadas y media de diámetro y pesará una libra. Alrededor del busto de relieve del presidente, que es un retrato muy bueno, se encuentra la siguiente inscripción: Dedicada por la Democracia Francesa a Lincoln, Presidente dos veces electo de los Estados Unidos. En el reverso se ve un altar con la diosa de la Libertad, un soldado y un africano de pie de cada lado, y encima la inscripción: Lincoln –honnète homme, abolit l’esclavage, rétablit l’Union, sauve la république, sans voiler la statue de la liberté. Il fut assassiné le 14 Abril de 1865”. Sobre el altar hay una águila y debajo la divisa: Liberté, Egalité, Fraternité A la medalla acompaña una carta que dice: Señora: Estamos encargados de ofreceros esta medalla, que ha sido acuñada en honor del hombre honrado y grande cuyo nombre lleváis, y que os presentan más de cuarenta mil ciudadanos franceses deseosos de manifestar sus simpatías por la Unión Americana y por la persona de su más ilustre y puro representante. Entre los que firman la carta se encuentran los nombres de Entienne Arago, Víctor Schoelcher, Louis Blanc, Edgar Quinet, Eugenie Pelletan, Faxile Delord y Víctor Hugo.
584
Uso de detergentes para limpiar las calles
Diario del Imperio
4 de febrero de1867
Hace tiempo se agita la cuestión de permitir o no, como sistema, el de los comunes desinfectantes, sustituyéndolos a los de cubo o de corriente que actualmente se acostumbran. En la consulta del expediente relativo, que el Exmo. Ayuntamiento tuvo a bien hacer a esta corporación, quedaron desarrolladas las ideas que sobre el particular están adoptadas por los mejores higienistas. El sistema divisor desinfectante, si no es el más perfecto, tiene en México una gran superioridad sobre los que se acostumbran; pero en esta materia, la ventaja aislada de una construcción particular, no sigue las mismas reglas que el sistema general de una limpia. Serían discutibles todavía las ventajas de sustituir a las construcciones actuales el sistema divisor; pero lo que está fuera de duda es, que en las calles sin atarjeas son mil veces preferibles los carros, por repugnante que aparezca el transporte de las heces. La conducción diaria de ellas para arrojarlas fuera de la ciudad en el canal, evita a los vecinos de la descomposición al frente de las habitaciones, y la comunicación con éstas de todos los miasmas de la atarjea. Con comunes o sin ellos, el destino final de los excrementos ha de ser la laguna; y en el segundo caso se aleja el material a su depósito antes de que comience la alteración orgánica, sin que queden los residuos depositados en las calles por el poco declive de las plantillas. La mala situación de la ciudad de México con relación al vaso del lago de Texcoco, sólo puede tener su remedio en el desagüe directo del Valle. Esta obra, cuya conveniencia es universalmente reconocida, daría no solo seguridad a las construcciones y fertilidad a muchos terrenos, sino que sería además una gran medida de salubridad.
Más si el desagüe directo no se lleva al cabo, la ciencia posee recursos para aconsejar un sistema salubre de limpia, y la construcción de un grande albañal que reciba las heces y pueda utilizarlas en la formación de un excelente abono para los terrenos pobres. Si el Consejo no ha intentado nada en este sentido, ha sido por estar decretado el desagüe, y porque considera la escasez de los fondos municipales para una empresa como la que demanda una limpia conveniente.
585
Reglamento para los mercados
Diario del Imperio
4 de febrero de 1867
Actualmente trabaja una comisión en reglamentarlos conforme a los sanos principios de la higiene. Los mercados, considerados únicamente como depósitos de sustancias alimenticias y condimentos sujetos a alteraciones orgánicas, a desprendimientos de miasmas y a filtraciones, constituyen establecimientos de influencia perniciosa para la salubridad, si no están sujetos a reglas de higiene convenientes; en ellos no sólo debe consultarse la comodidad de los vecinos, sino también todas las condiciones que puedan extender su acción a la ciudad. Pero el punto que demanda un escrupuloso examen, es el expendio y almacenaje de los efectos, cuyas condiciones deben sujetarse a una escrupulosa investigación. La calidad de las verduras, la de las yerbas medicinales, la de las carnes preparadas, los residuos de los animales que se matan en los rastros, las diversas preparaciones del maíz, conocidas con los nombres de atole, tortillas y tamales, mezclados con la flor de calabaza y otros productos vegetales, y los hongos, entre los cuales abundan los venenosos, todo debe ser reglamentado para evitar accidentes funestos. Una comisión ha sido nombrada para que estudie el punto y proponga un reglamento; pero la misma extensión del trabajo que se le ha confiado, ha hecho que aún no lo concluya. Quiso el Sr. Alcalde municipal construir un nuevo mercado en la plazuela de San Fernando, para comodidad de los vecinos, oyendo antes la opinión del Consejo; más como esta corporación no lo encontró conveniente con relación a la higiene, no pudo establecerse en la expresada plazuela.
586
Comisión del consejo de higiene para inspeccionar los rastros
Diario del Imperio
4 de febrero de 1867
Éste es uno de los establecimientos que llamó de preferencia la atención del Consejo desde su instalación. Con fecha 24 de enero se transcribió al Sr. Alcalde municipal el resultado de una visita practicada por una comisión del Consejo, en la cual se hacía notar la pequeñez del recinto, el deterioro del pavimento, la falta de declive de éste, así como de los caños sucursales; la falta de tejados en uno de los patios; la falta de cumplimiento a las prevenciones de poner sellos a las carnes y de establecer asoleaderos para la desecación de las pieles, y otros defectos que tuvo el gusto de ver remediados por la autoridad municipal. Con fecha 5 de febrero, volvió de nuevo a recomendar el reconocimiento previo de los animales destinados al consumo, entre los cuales muchos estaban enfermos de ranilla. El Exmo. Ayuntamiento tomó en consideración las observaciones del Consejo, a quien con fecha 8 de febrero manifestó procederse a la reparación del Rastro, a sellar las carnes, a nombrar un perito que las reconozca, y un dependiente que cuide del enterramiento de los animales muertos por enfermedad.
Alentado el Consejo por la buena disposición de las autoridades de policía, y convencido íntimamente de la necesidad de reglamentar este ramo, nombró una comisión de su seno, que consultando las leyes relativas, las exigencias de salubridad y el mejor servicio público, formulara un plan adaptable para todas las poblaciones. Con fecha 5 de marzo presentó su reglamento higiénico de un matadero de ganado mayor y menor, incluso el cerdo; esta obra, conforme a sus ideas, deberían hacerla los ayuntamientos de acuerdo con los prefectos políticos, y debía componerse de un sitio contrario a los vientos reinantes, cerca de las garitas por donde entre el ganado, y el modo con que debería ser conducido el bravío, corral de encierro, capilla, patios para el matadero, departamento para desollar, lavar las carnes y cocer las menudencias; condiciones de los caños sucursales que lleven los líquidos al principal; lugares expuestos a colgar los cadáveres; asoleaderos para las pieles; modo de recoger la sangre; calidad de las vasijas para cocer los menudos; condiciones a que se sujetarán las grasas antes de llevarse a las pailas; condiciones de los animales que se han de matar; disposiciones para los animales muertos de enfermedad contagiosa; condiciones de las casillas de expendio, haciendo relativo a las carnes, como en los demás útiles de ella, reglamentación de la vigilancia, y una instrucción para reconocer el ganado enfermo en los lugares donde no haya veterinario. No es posible dar una idea de todas las condiciones comprendidas en este reglamento, por su misma extensión; pero el Consejo, después de haberlo examinado y discutido, lo aprobó, con las reformas que le parecieron convenientes. Cuando la superioridad le dé su aprobación a la encomienda para su cumplimiento, al público y a las diversas autoridades municipales, para que las que se encuentren con las condiciones que el mismo exige, le dé cumplimiento.
587
Exposición de París
La Sociedad
5 de febrero de 1867
Dice un periódico de La Habana:
Los periódicos de la Península vienen llenos de noticias acerca de los objetos que se piensan mandar a la exposición de París; en tanto podemos anunciar algo de lo que aquí se prepara, extractaremos algunos de aquéllos que podrán dar ejemplo a nuestros expositores del empeño con que allende el mar se trata de llamar la atención de los curiosos y hasta de las personas competentes; porque un trozo de mineral que pese dos toneladas y media no sirve sólo para representar la riqueza del criadero de donde puede extraerse, sino que pone de manifiesto los recursos e ingenio con que ejecutan las labores. He aquí los párrafos:
Está terminada por los ingenieros encargados al efecto, la revisión de los efectos pertenecientes al reino mineral, enviados a Madrid con el destino a la exposición de París, de las provincias de Granada, Almería, Valencia, Murcia, Castellón, Soria, Palencia, Zaragoza, Cuenca, Burgos y Vizcaya. Entre estos objetos hay algunos muy notables, por ejemplo, algunos ejemplares de fosforita o fosfato de cal, tan útil para la agricultura, calaminas y cobaltos de Almería, un ejemplar de galena de Bailén, que pesa 112 arrobas y otro de la mina Arrayanes que pesa 200.
Han traído desde Murcia a Madrid, con objeto de enviarlo a la exposición de París, un cerdo que es casi un fenómeno por su desarrollo, puesto que pesa 38 arrobas y mide desde la cabeza al rabo doce cuartas y trece y media de circunferencia, medido por el vientre. Anteayer se hallaba depositado en los docks, donde muchas personas fueron a verle.
588
Colección numismática
La Sociedad
10 Febrero 1867
Dice un periódico español:
La Biblioteca Nacional enviará a la Exposición de París una selecta colección de monedas, que seguramente han de atraer la curiosidad, y fijar la atención de los inteligentes.
Compónese esta colección de tres series, colocadas en otros tantos cuadros.
La primera serie comprende las monedas:
Fenicias
Cartaginesas
Griegas
Celtíberas
Turdetanas
Coloniales romanas
Incluyéndose todas dentro de la calificación de autónomas españolas.
La segunda serie abraza todas las respectivas a la Edad Media:
Árabes españolas
Españolas desde Alfonso VI hasta los Reyes Católicos
La tercera está consagrada a la Edad Moderna:
Desde Carlos I hasta Carlos IV
Entre las muchas monedas notables que figuran en esta preciosa e importante colección debemos citar por su alto valor numismático, histórico y hasta artístico, las cartaginesas, y varias españolas como la de Sacili. De algunas no se conocen más ejemplares que los que posee la biblioteca.
También es notable una décupla doble de D. Pedro de Castilla, perfectamente conservada, y un centén de Felipe V, cuyo valor intrínseco no baja de 4,000 reales.
Además de estos raros y estimados objetos, la Biblioteca expondrá un precioso astrolabio árabe del siglo undécimo, construido en Toledo, si no recordamos mal; instrumento de gran importancia para apreciar el estado de los conocimientos cosmográficos en aquella era, y que por su rareza se tiene en mucha estima. Hemos tenido ocasión de examinarlo, y estamos seguros de que será motivo de laboriosas investigaciones por parte de los sabios extranjeros que en París le estudien.
589
La obra pictórica en el Museo de Louvre
El Cronista de México
11 de febrero de 1867
Los museos de pintura de Louvre cuentan 2,000 cuadros, de los cuales 500 pertenece a la escuela italiana, 620 a las del Norte, 700 a la francesa, 25 a la española y el resto a otras menos conocidas.
En la escuela italiana se cuentan 12 cuadros de Rafael, 3 del Correggio, 18 del Tiziano, 22 de Albano, 13 de Pablo Veronés, 9 de Leonardo de Vinci, 8 del Perugino, 4 de Giorgion.
Las escuelas del Norte están representadas por 42 cuadros de Rubens, 22 de Van-Dyck, 11 de Geraldo Dow, 17 de Rembrandt, 11 de Felipe Wonwermang, 14 de Teniers, 7 de Adrien de Ostade, 6 de Ruysdael, 2 de Mobbena, 11 de Berghem, 10 de Van-Huysum, 3 de Lucas de Leyde.
La escuela francesa cuenta 40 cuadros del Pusino, 48 de Lesueur, 16 de Claudio Lorrene, 20 de Felipe de Campaña, 17 de Bourdon, 26 de Lebrun, 12 de Minard, 41 de José Vernet, 1 de Larjilliere, 1 de Wateau, 13 de David, &c.
La escuela cuenta con los mejores cuadros de Murillo, de Velázquez y de los más notables pintores.
590
D. Juan Humphries
Diario del Imperio
13 de febrero de 1867
Tomamos de La Sociedad de hoy el siguiente artículo que remitió a ese periódico D.M.P., con motivo de la muerte del Sr. D. Juan Humphries, laborioso y muy útil extranjero que residió en México durante muchos años, siempre ocupado en la mejora de la loza de las fábricas nacionales.
Los médicos dicen enfermedades y casos. Los cristianos voluntad de Dios. Llega un momento en que es preciso que el hombre haga su último viaje, y entonces, a despecho de la ciencia, a pesar de las lágrimas de la familia y de la sociedad, el hombre viste su más sencillo traje, los deudos lo encierran en una estrecha caja, y.... parte...., se va para nunca más volver. La inflexible dureza de la muerte hace creer en el poder y en la misericordia de Dios.
Algunos de estos viajeros dejan a su familia, a sus amigos y a la sociedad en general, un tierno y agradable recuerdo. Hombres de buen carácter, su familia recuerda siempre el lugar que ocupaban en la mesa, el lecho donde dormían, la alcoba que habitaban. Por muchos años la voz, los gestos, los modales, la figura viva y animada del padre de familia y del hombre laborioso, honrado y caritativo, está presente en el hogar doméstico, en el corazón de los que lo amaron y en la memoria de los desvalidos.
D. Juan Humphries, que hace pocos días partió para ese eterno viaje, es una de las personas que será por mucho tiempo recordada, no solo por su apreciable familia, sino por todos los que lo conocieron.
Nació por el año de 1810 en Coalport (Inglaterra, no lejos de Londres). Cuando era todavía muy joven, salió de su país natal para habitar en unión de sus padres el condado de Stafforshire, donde lo dedicaron a las artes mecánicas, y con especialidad a la fabricación de porcelana.
Es menester conceder a Puebla el honor de haber ella primero planteado diversos e importantes ramos de industria. El que esto escribe cuenta entre sus excelentes timbres y títulos de nobleza, el que su bisabuelo fue el primero que trabajó en Puebla el vidrio, ordinario, opaco y feo, es verdad; pero de esto hace muy bien cerca de un siglo, y fue un paso en la civilización indígena. Del jarro y cajete pasamos al vaso torneado y largo, verde o morado.
El Sr. D. Joaquín de Haro, en tiempos ya más modernos, continuó la idea de mi pariente el vidriero y de tantos otros hombres deveras patriotas o industriosos y estableció una fábrica de loza. Ya se trabajaba de manera que podía hacer fuego con el antiguo vidrio para componer una vajilla; pero se trataba de adelantar y perfeccionar. El Sr. Haro encargó a Europa un hombre competente para dirigir la fábrica, y tocó en suerte a D. Juan Humphries. Por esta causa dejó su patrio suelo y vino a México en el año de 1848. Montó la nueva fábrica, y durante cuatro años adiestró a muchos mexicanos en el ramo, e introdujo notables mejoras en la forma, barniz y calidad de la loza; de manera que entendemos que el Sr. Haro recogió buenos frutos pecuniarios y recibió el justo premio de su trabajo e industria, separándose ambos en la mejor y más completa amistad.
De Puebla pasó a México por los años de 1851 a 52 y a poco tiempo fue contratado para dirigir una gran fábrica de loza que se estableció en Salamanca, de la cual él era accionista. Al cabo de un año quiso girar por sí mismo y salir de la condición de un dependiente, y regresó a México, donde estableció su fábrica de loza cerca de la garita del Niño Perdido, y la que subsiste hasta el día.
Los últimos 16 años de su vida los empleó en el trabajo, sin otro pensamiento que su familia, a quien amaba con el corazón de un buen esposo y padre, y de su industria, a quien como buen inglés, consagró su pensamiento.
Del plato de barro al plato de loza inglés hay una gran distancia. Débese a nuestro finado amigo esta mejora en la comodidad, en el aseo y en la civilización de la clase pobre y media de México. Los ricos siempre han podido servirse de magnífica porcelana extranjera. Para los pobres era vedada por su alto precio. Platos a un real, trastos mayores a 3, 4 y 5 reales, ya blancos, ya perfectamente estampados, con un barniz firme y lustroso, macetas, azulejos, tan necesarios para el aseo de las cocinas y lavaderos, en fin, toda clase de servicio de mesa y cocina a precios muy módicos; he aquí el resultado de la vida silenciosa y honrada de Humphries. Parece esto un hecho insignificante. Bien meditado, es un acontecimiento industrial de grande importancia, y bien merece un recuerdo de los mexicanos el extranjero laborioso que pasó entre ellos la mitad de su vida, sin contar que durante muchos años más de cuarenta familias se han mantenido con el trabajo de la fábrica, y que muchos mexicanos estarán en aptitud de saber todos los procedimientos y más adelante, si encuentran alguna protección, establecer fábricas de loza inglesa en otros lugares del país.
El Sr. Humphries falleció a los 57 años, de una afección pulmonar, el 31 de enero anterior. Deja una señora y una niña ya casada, muy apreciables y virtuosas, que fueron su consuelo y las compañeras de su trabajo durante su vida. Dios y la grata memoria del buen esposo que perdieron las consuele. Nosotros participamos de su sentimiento, y creemos justo tributar un sincero elogio al laborioso y útil extranjero y amigo a quien la clemencia del Señor habrá llamado a mejor vida.
591
Materiales fotográficos
Ilustración Americana
13 de febrero de 1867
ESTEREOSCOPOS
vistas y álbumes fotográficos
El Establecimiento más grande en su línea en todo el Mundo
E. & H.T. anthony & co.,
501 Broadway,
n u e v a y o r k
592
Museo de pinturas en Barcelona
La Sociedad
14 de febrero de 1867
Dice un periódico español:
La importante capital del Principado de Cataluña, la culta Barcelona, tendrá pronto un aliciente más para los nacionales y extranjeros instruidos. La Academia de Bellas Artes tiene ya arreglado el Museo de pinturas que estaba organizado desde la última exposición.
Cinco salas de la Casa Lonja ocupan los cuadros que constituyen el Museo; en las tres más inmediatas a la fachada de la plaza de Palacio hay los cuadros originales, algunas copias y bocetos de autores fallecidos, y en las dos destinadas para secretaría y juntas hay los lienzos de los autores contemporáneos nacionales y extranjeros. El número de cuadros del citado Museo es, según el catálogo que ha mandado imprimir la mencionada Academia, de 369, aunque podemos decir que ascienden a 370, desde la adquisición que pocos días atrás hizo la citada corporación de la tabla que representa Una redención de cautivos hecha por los religiosos y religiosas Mercenarias, pintada por D. Francisco Pacheco, maestro que fue de Velázquez. Pasan de 100 el número de autores cuyos cuadros originales o copias figuran en el Museo. La escuela catalana se halla muy bien representada por los cuadros de Viladomat y otros que tienen los primeros números del catálogo.
La Academia se propone aún darle mayor lucimiento, adquiriendo los cuadros de mérito que le permitan los escasos fondos de que dispone.
Felicitamos a la Academia de Bellas Artes de Barcelona, por haber llevado perseverantemente a cabo ese proyecto, y a la dicha capital por poseer un Museo tan enriquecido, que da una idea más de su cultura.
593
Museo de artillería de Madrid
El Cronista de México
19 de febrero de 1867
Copiamos lo siguiente:
Según dice la Revista de bellas artes, la colección de modelos que el museo de artillería de Madrid ha construido para enviar a la exposición de París llamará seguramente la atención.
El tamaño de los modelos es un quinto del natural. Entre estos se cuentan una cureña (modelo suizo) dos trisquibales, una sección de montaña y otra rodada con su ganado y accesorios.
A juicio del colega citado, la parte de trabajo en acero, madera, hierro y gutapercha, no deja nada que desear. Van perfectamente empaquetados todos los objetos, en cajones construidos a propósito para que, aún cuando se vuelvan o golpeen, no sufran deterioro. A pesar de ello, el mismo periódico desearía que acompañase a la colección una persona inteligente del Museo, a fin de estar a la vista de su colocación, y luego para empaquetarla después de concluido el certamen, pues dice que harto sabido es lo que la experiencia tiene acreditado cuando estas operaciones se fían a manos inexpertas.
594
Exposición Universal
El Cronista de México
15 de febrero de 1867
Leemos en un periódico de Madrid:
Las provincias de Barcelona, Navarra, Alava, Valencia, Sevilla, Cádiz, Tarragona y alguna otra están trabajando activamente para formar comisiones de industriales y agricultores que vayan a examinar y estudiar la Exposición Universal de París. Esta idea ha de dar grandes resultados.
595
Apertura de una calle
Diario del Imperio
20 de febrero de 1867
Dice el Cronista:
Una nueva mejora debida al Sr. Trigueros y al actual Ayuntamiento, es la de la apertura de unas calles que pone en comunicación el Santuario de los Ángeles con la Alameda. Ese punto, que cada día se hace más interesante por su población, y por las mejoras que en él ha introducido el Sr. D. Luis Landa, entre otras la de la erección de una casa de ejercicios que ha edificado su piedad; ese punto, repetimos, no tenía más que una entrada mala e insegura. Hoy, con el alumbrado nuevamente establecido, con la calle nueva y una fuente que también pondrá el Sr. Landa, va a mejorar la situación de esa parte interesante de la población.
596
Breve biografía del pintor M. Ingres
Ilustración Americana
20 de febrero de 1867
Ha muerto este célebre pintor francés. Nació en Montauban en 1781, y, por consiguiente contaba 86 años de edad el día de su fallecimiento. Habiendo manifestado desde la infancia un gusto decidido por la pintura, sus padres le enviaron primero a Tolosa y después a París, donde aprendió dibujo con David. En 1801 obtuvo el primer premio de Roma. En 1802 hizo el retrato de Bonaparte, entonces primer cónsul, y en 1810 volvió a retratarle ya de emperador. En este último año mandó de Roma muchas de sus obras, las cuales recibieron los parisienses con tanta frialdad, que resolvió no volver a París.
En 1813 se casó en Roma, y, después de la evacuación de dicha ciudad por las tropas francesas, quedó reducido a tanta pobreza que se vio en la necesidad de vender bosquejos de lápiz para ganar la subsistencia.
De 1813 a 1818 ejecutó muchos cuadros después célebres, notablemente Edipo y el Esfinge, Júpiter y Tetis, Una mujer en el baño, el Sueño de Ossian, la Capilla Sixtina, y siguieron a estos el Voto de Luis XIII en 1824, y la Apoteosis de Homero en 1827. El mérito de su martirio de San Sinforiano en dicho último año, se ha disputado vigorosamente.
En 1829 nombraron a M. Ingres director de la escuela francesa en Roma. En esta época fue cuando pintó su Estratonice y los retratos del duque de Orleans y de Querubini. Entre otras obras suyas notables deben citarse San Pedro recibiendo las llaves del paraíso de manos de Cristo, la Odalisca, Juana de Arco en el coronamiento de Carlos VII y la Nayade, que fue la obra favorita de su vejez.
M. Ingres fue nombrado caballero de la legión de honor en 1841, comendador en 1845, y gran oficial en 1855. En 1861 le elevaron a la dignidad de senador al mismo tiempo que nombrado miembro del consejo imperial de instrucción pública.
597
Breve biografía del pintor Giotto
Ilustración Americana
20 de febrero de 1867
Cuando el gran pintor Giotto tenía diez años de edad, Bondone le confió el cuidado de unas cuantas ovejas, tras las cuales, como todo pastor, erraba acá y allá en busca de pastos frescos. Pero no estaba ocioso el ánimo del muchacho, que le trabajaban interiormente las inclinaciones con que había nacido. Y muy distante del porvenir glorioso que le estaba reservado, para matar el tiempo, como por juego trazaba en la tierra, en la arena o en las piedras del campo rudos bosquejos de los objetos que más herían su imaginación de artista.
Sucedió, pues, que en cierta ocasión, Cimabue, el célebre artista a quien se debe en parte la restauración de la pintura, pasó a caballo, en camino para Vespigano, y contempló al joven pastor haciendo el dibujo de una de sus ovejas en una roca lisa con una piedra puntiaguda. Sorprendido de la habilidad natural del discípulo de un arte en que él se había distinguido mucho, instó fuertemente al muchacho a que se marchara en su compañía y consintió en ello, después de obtener la licencia del padre.
Llegados a Florencia, Giotto se aplicó tanto al dibujo y la pintura, que no tardó mucho en rivalizar con su propio maestro y favorecedor. Pero su gran mérito consistía en haberse separado desde el principio del estilo crudo y amanerado que llamaban bizantino, y a la introducción del estudio natural, que había caído en desuso.
Aparece que era de carácter vivo y travieso y aún se dice que una vez engañó a su maestro pintándole una mosca en la nariz de una de las figuras de un gran cuadro en que él trabajaba con ahínco. Cimabue antes de continuar la obra trató de espantar el insecto, no fuera que echase a perder la cara. La equivocación del gran pintor es el mejor elogio que podía hacerse de la habilidad de Giotto.
El estudio del natural comunicó al estilo de Giotto el carácter que le distingue de los demás pintores de su época y escuela, y sus obras están llenas de expresión y sentimiento. Tanto se extendió su fama con motivo de sus pinturas en el Campo Santo, que el Papa Bonifacio VIII envió desde Trevis a Toscana uno de sus chambelanes para averiguar qué clase de hombre era Giotto y el mérito de sus obras, con la mira de encargarle la ejecución de ciertas pinturas de la Iglesia de San Pedro en Roma, si era cierto lo que de él pregonaba la fama. Habiendo tomado el emisario varios informes con los primeros artistas de Siena, se dirigió al taller de Giotto, y le encontró como de costumbre delante del caballete con la paleta en la mano. Luego que le manifestó el objeto de su visita y el deseo de Su Santidad, le rogó le permitiera llevar consigo una de sus obras para satisfacción de Bonifacio.
Giotto tomó una hoja de papel y mojando el pincel en tinte rojo, sentó el codo en un lado para formar una especie de compás, y de un golpe trazó un círculo, tan perfecto que era una maravilla. En seguida se lo dio al cortesano sonriendo y dijo:
--He aquí el dibujo que V. solicita.
--¿Será esto lo único que yo le lleve al Santo Padre? Preguntó el chambelán, mirando aquello como una mera broma.
--Es más que suficiente; repuso Giotto. Envíelo con los demás dibujos y vea si no es lo que se pide.
En efecto, el emisario, si bien sospechaba que se le había jugado una buena burla, se marchó lleno de disgusto y puso en manos del Papa el dibujo enigmático del artista, refiriendo al pie de la letra lo ocurrido.
El pontífice y otros, que eran jueces en achaque de dibujos, no pudieron menos de reconocer la firmeza y la precisión de la mano de Giotto que pudo trazar círculo tan perfecto. El asunto pasó a proverbio y todavía se usa respecto a los individuos de pesada comprensión.
“Tu sei piu tondo che l’ O di Giotto”, cuya ambigüedad consiste en que tondo en italiano significa redondo, recta y metafóricamente.
Al punto el Papa lo diputó un personaje de su corte a Giotto para que contratara con él algunos de los cuadros de la vida de Cristo que debían pintarse en la sacristía e iglesia de San Pedro. Recibió por esas obras 600 ducados de oro, fuera de otros regalos y favores que fueron bastante aparte de hacer su nombre el más célebre de cuantos pintores vivieron en esa época. Pero todas sus obras anteriores quedaron eclipsadas, al menos por lo que toca al trabajo y a la delicadeza de su ejecución, con un cuadro en mosaico llamado el “Mavicella”, el cual se halla ahora en el pórtico de San Pedro, sobre el arco del centro que hace frente a la puerta principal.
El chiste y la viveza de Giotto, hacían que todos y el mismo rey de Nápoles buscasen a menudo su compañía. Siempre tenía a mano una salida que excitaba la risa de sus oyentes. Como le dijese el rey en cierta ocasión que le haría el primer hombre de Nápoles, Giotto contestó sin titubear:
Ya lo soy, señor; porque no con otra mira vine a vivir en la Porta Nelse, donde se hallan las primeras casas de la ciudad.
Giotto, le dijo el rey en otra ocasión, yo en tu lugar, ahora que hace tanto calor, daría de manos al trabajo y me iría a descansar.
Y yo, repuso Giotto en el instante, haría eso si me hallara en lugar de V.M.
También es digno de mencionarse otra salida del artista, aunque de carácter satírico y de más trascendencia. Deseoso el rey de sacar el artista de su taller, le pidió le pintara su reino. Giotto en respuesta dibujó un asno enjaezado con una enjalma vieja sobre la cual descansaban la corona y el cetro, al paso que en el suelo yacía otra enjalma con las mismas insignias reales. Todas éstas eran nuevas y el asno las olía con evidente deseo de que se las pusieran encima en vez de las viejas. Explicando su pensamiento dijo: Tal es el reino de V.M., y tales los vasallos que suspiran continuamente por una nueva carga.
La última y grande obra de Giotto que debemos mencionar, es la Campanile de Santa María del Fiore, cuyo modelo no solo formó él, sino que ejecutó algunas de las esculturas y bajorrelieves. No vivió, sin embargo, lo bastante para ver su obra concluida, “habiendo pasado su vida en la producción de tantas obras admirables y probado que era tan buen cristiano como excelente pintor, entregó su alma a Dios el 8 de enero de 1336, no sólo con gran sentimiento de sus conciudadanos, sino de todos los que le conocieron u oyeron hablar de él.”
Se le erigió un sepulcro, y más de un siglo después de su muerte, Lorenzo de Medici hizo tallar un busto a su memoria en la iglesia de Santa María del Fiore, cuya inscripción se debe a Policiano.
598
El paseo de moda es el de la Plaza de Armas
Diario del Imperio
21 de febrero de 1867
Tomamos del Cronista lo siguiente:
El paseo de moda y el mas agradable que tiene hoy México de noche, es el de los vistosos jardines que, merced al buen gusto y empeño del Sr. Trigueros, se ha formado en la Plaza de Armas.
Este paseo es, de noche, el sitio a donde concurre la fina sociedad de México, y donde las señoras lucen su gracia, su buen gusto en el vestir y su belleza.
En estas pasadas noches de luna, remedaba ese paseo un encantado pensil, cubierto de flores animadas; más precioso que el delicioso Edén de Mahoma, donde cada joven mexicana superaba en hechizos a las áreas hurís que habitan el expresado Edén del profeta.
A dar vida y animación al delicioso cuadro que se presentaba a nuestra vista, contribuía poderosamente la banda de música que, colocada en medio del zócalo, enviaba al viento las deliciosas melodías debidas a la inspiración de Verdi, Bellinzi y Donnizetti.
Parecía que las flores, anhelando competir en belleza con las jóvenes nacidas bajo el dulce cielo de México, procuraban ostentar sus gracias, perfumando el ambiente con sus balsámicos olores.
Las fuentes, vertiendo el agua en caprichosos giros, dejaban escuchar su delicado murmuro, como orgullosas de ser visitadas por ese hechicero ser, llamado mujer, que todo lo anima y todo lo embellece.
Lástima que en medio de tantos encantos impidiese una nube de polvo, levantada por las prolongadas colas de los vestidos de las seductoras jóvenes, aspirar el delicioso perfume que exhalaban las delicadas flores de los pintados jardines y el selecto olor de las regaladas esencias que en sus flotantes ropajes habían vertido!
Ninguno mas apasionado que nosotros a las vistosas y regias colas de los vestidos: una joven, en un concierto, cruzando la espaciosa sala, arrastrando por la mullida alfombra la hermosa cola de su primoroso traje, nos arrebata, nos fascina.
Sin embargo, nosotros quisiéramos que de noche, y en ese paseo de que acabamos de hablar, a donde se va por respirar una atmósfera pura y embalsamada, las lindas mexicanas se presentasen con los bien cortados vestidos, llevando las colas de estos sostenidas por pajes, que tanta gracia dan al cuerpo, impidiendo así que una nube de polvo las velase a nuestros ojos, y permitiendo aspirar el dulce ambiente perfumado por las flores y por el suave aliento de sus frescos labios.
599
La Catedral de Burgos
La Sociedad
25 de febrero de 1867
Dice un periódico de Madrid:
Tratando de la «Historia de la Catedral de Burgos», escrita con arreglo a documentos de su archivo por el Dr. D. Manuel Martínez y Sanz, dignidad de chantre de la misma Santa Iglesia Metropolitana, estampa el último número de la revista «El arte en España» las siguientes líneas que no tienen necesidad de comentario:
He aquí un precioso libro, un libro de oro para los aficionados a la historia de las artes y a los estudios históricos y arqueológicos. El señor chantre de Burgos ha prestado un servicio a las artes españolas con el cúmulo de indicaciones que hace, y datos que cita de los documentos que existen en el archivo de su santo templo, relativos a los artistas de todas clases de quienes allí se conservan obras o noticias.
Con mucha satisfacción y júbilo felicitamos al Sr. Martínez y Sanz, por su «Historia de la Catedral de Burgos», libro tan interesante bajo el punto de vista indicado como ameno e instructivo para el curioso; y hacemos también extensivos nuestros plácemes al Exmo. Sr. Cardenal de la Puente y al Cabildo de Burgos, porque ya cuentan con un libro que tanto ha de contribuir a aumentar el valor hasta ahora ignorado, de los preciosos monumentos históricos que guarda su archivo y las riquezas artísticas de la Catedral.
¡Pluguiera a Dios que todos los cabildos de España tuviesen algún individuo de su seno que hiciera lo que el Sr. Martínez y Sanz! ¡Cuánto y cuánto no ganaría la historia de las artes, la arqueología y la honra nacional¡
600
Estado que manifiesta las obras hechas por la Dirección
El Diario del Imperio
1º de marzo de 1867
601
Memoria de los Ramos Municipales
(Continúa)
El Diario del Imperio
1º de marzo de 1867
Obras Públicas
Empedrados
En 1865, al concluir la estación de las lluvias, sobrevino una gran inundación, que por muchos meses tuvo anegadas multitud de calles en diversos rumbos de la ciudad. Al retirarse las aguas, los empedrados de todos los lugares que ellas ocuparon, quedaron enteramente inservibles, y fue preciso repararlos sustancialmente en una extensión considerable, elevando el pavimento a la altura conveniente, de acuerdo con los trabajos emprendidos por la Dirección del Desagüe, a fin de que se alejara del todo el peligro de la calamidad que se acababa de sufrir.
Esa obra era ejecutiva, de cuantiosos gastos, y urgentemente debía quedar terminada antes de que se acercara la nueva estación de las lluvias. Se emprendió en efecto con bastante actividad, con el objeto de precaver el mal, de hacer transitables las calles lo más pronto posible, y de remediar el inconveniente a que varias fincas estaban expuestas por las anegaciones parciales, que les ocasionaron con grave perjuicio de sus moradores. Estas obras produjeron la necesidad de continuarlas en las calles contiguas, tanto por seguir el sistema adoptado de nivelación, como porque era preciso evitar en ellas nuevas anegaciones. No es, pues, extraño que terminadas las primeras obras, haya sido ejecutivo proseguirlas con constancia y de toda preferencia, sin detenerse en los gastos, en razón de que se trataba de atender a una necesidad apremiante para la población, y que directamente le interesaba bajo todos aspectos.
A pesar de la escasez de recursos que en esta segunda época padeció el municipio por las razones que antes he indicado, el trabajo que se ejecutó respecto a la reparación y compostura del pavimento de las calles, fue incesante, general en todos los puntos que lo necesitaban, y dispendioso. Era racional acelerarlo antes de que comenzaran las lluvias, porque de otro modo había el peligro de que diariamente se perdiese una parte del trabajo, el inconveniente de que se desperdiciase el material que se acumula para ejecutarlo, y el de que fuese de poca duración y malo lo que se componía.
Me limité, pues, a la conclusión de lo que estaba principiado y a emprender algunas labores absolutamente indispensables, que no podían ser diferidas sin ocasionar al público grave incomodidad y sin comprometer la salubridad de la población.
La siguiente noticia da idea de las calles que se han compuesto del todo, y de las que estaban pendientes al fin del semestre anterior y se han terminado en el actual, con expresión de las dimensiones respectivas y demás pormenores conducentes. Como la estación de las lluvias avanzaba, fue indispensable no circunscribirme a los trabajos que la Dirección de Obras podía hacer con sus empleados y dependientes, sino que resolví multiplicar las mismas obras, para que simultáneamente estuvieran concluidas en un tiempo dado, con el menor perjuicio posible respecto del público, y por no desperdiciar el material aumentando las aguas; y en ese concepto, contraté la construcción del pavimento de varias calles con aprobación del Exmo. Ayuntamiento, y la relación de los trabajos de este género consta en los resúmenes que a continuación se insertan.
602
Memoria de los Ramos Municipales
El Diario del Imperio
2 de Marzo de 1867
Correspondiente al semestre de julio a diciembre de 1866,
presentada a S. M. El Emperador por el Alcalde municipal de la ciudad de México, D. Ignacio Trigueros
(Continúa)
La contrata hecha con D. Felipe Saavedra, bajo la dirección del arquitecto D.L.G. Anzorena, da el siguiente resultado:
El arquitecto D. Manuel Rincón tuvo a su cargo la reparación de las calles siguientes:
Se cubrieron también treinta y una varas lineales de albañales.
603
Memoria de los ramos municipales
El Diario del Imperio
4 marzo 1867
Correspondiente al semestre de julio a diciembre de 1866,
presentada a S. M. El Emperador por el Alcalde municipal de la ciudad de México, D. Ignacio Trigueros
(Continúa)
Resumen
El siguiente estado comprende el resumen de las noticias anteriores:
Los propietarios por su cuenta y bajo la dirección de un perito autorizado por el Exmo. Ayuntamiento, mandaron construir cuarenta y ocho albañales nuevos en las fincas que les pertenecen; repusieron treinta y seis y limpiaron noventa. Esta obra, de ciento setenta y cuatro albañales no figura en los precedentes estados, porque no se ejecutó a expensas de la ciudad.
Tomando por base el cálculo hecho científicamente, y que dejó consignado el Sr. D. Miguel María Azcárate en su Memoria publicada en 1864, resulta ser de seiscientas catorce mil trescientas cuarenta varas cuadradas la superficie de las calles regulares empedradas y por empedrar, y por consiguiente se percibe desde luego que las 82,336 77 varas cuadradas de empedrado nuevo, las 36,928 de empedrado repuesto, las 17,275 92 de banqueta nueva y las 1,388 de banqueta repuesta, forman una superficie de 137,928 69 varas cuadradas, que comparada con aquella área, equivale a poco menos que a su cuarta parte lo hecho actualmente.
Tal es la mejora que ha tenido el pavimento de las calles en este último período, además de la que ya había recibido desde el primer semestre, correspondiente a una extensión de 89,983 varas cuadradas, como podrá verse en la página 19 de la Memoria anterior, cantidad que unida a la de 137,928 69, hace la de 227,911 69.
Aproximadamente puede computarse el valor de todas estas obras del modo siguiente:
Las 82,336 77 varas de empedrado nuevo, a razón de 3 reales vara cuadrada, que es la estimación que se le da en la Memoria del Sr. Azcárate, importan la cantidad de 36,022 33
La vara cuadrada de empedrado repuesto se paga a 1 real, y el valor total de las 36,928 llega a 6,924 00
Las varas cuadradas de banqueta nueva, que son 17,275 92, unidas al número de 1,388 que representa la extensión de las banquetas repuestas, forman un total de 18,663 92 varas cuadradas, que al respecto de dos pesos cinco reales vara, tienen un valor de . 48,992 79
Las 11,078 05 varas lineales de guarnición de banqueta, a razón de un peso vara, importan 11,078 05
Las 5,137 88 varas cúbicas de atarjea nueva, a seis pesos vara, producen 30,827 28
Las 4,112 25 varas de atarjea repuesta, calculadas por lo menos a cinco pesos vara, ascienden a 20,561 25
Las 75,979 94 varas cúbicas de terraplén común, a razón de cuatro reales vara, suman 37 989 97
Las 138 25 varas cuadradas de las pasaderas formadas de recinto labrado, a razón de ocho pesos treinta y tres centavos la vara, valen 1,151 62
Suma. 193, 547 29
En los cálculos precedentes no se incluyen los valores de las cuatrocientas cuarenta tapas de atarjea, que se pusieron enteramente nuevas, ni los de las diez mil setecientas cincuenta y nueve que se macizaron; tampoco se comprenden las 15,649 90 varas lineales que se limpiaron de atarjea, ni las demás obras de reparación practicadas en muchas calles para quitar las anegaciones parciales, las composturas emprendidas para entretener puramente el empedrado, ni las que directamente hizo la Obrería Mayor en el Palacio Municipal, en las cárceles, en el Rastro de la ciudad y en los demás establecimientos que están a cargo del Municipio.
Comparando la cantidad que importa el resumen de los cálculos anteriores, relativos al valor de las obras, con la suma de 100,387 80, que es la ministrada por el Tesoro Municipal a la Dirección de Obras, resulta una diferencia de 93,159.48_.
Esta cantidad debe aumentar, si se considera lo que se ha invertido, fuera de las obras de las calles, en las demás ejecutadas por la Obrería Mayor en los establecimientos de la Municipalidad.
Para activar todos los trabajos del empedrado público, fue preciso consagrarles una constante atención y sobre vigilancia, y hacer preferentemente los gastos que demandaban.
Están concluyéndose algunas obras de este género, y a medida que terminen, se irá haciendo el pago de ellas, según lo permita el estado de los fondos y el servicio de los demás ramos que no pueden descuidarse.
604
Exposición de París
La Sociedad
5 de Marzo de 1867
Los Sres. Ransomes y Sims, de Ipewich y Londres, tienen el honor de participar a sus amigos y clientes, que exhibirán muestras de todas sus celebradas máquinas, perfeccionadas con todas las mejoras más recientes, en la próxima Exposición de París.
Los precios de todos los instrumentos o utensilios más en uso, han sido considerablemente reducidos, sin perjuicio de la superioridad que se les reconoce, ni de la alta calidad de los materiales que han dado fama universal a los productos de las fábricas de Orwell.
Máquinas de vapor portátiles. Estas máquinas construidas por los Sres. Ransomes y Sims, son principalmente notables por la ligereza de su peso, por su movimiento fácil, por la solidez de sus materiales y sencillez de su construcción; y para aquellos países donde el combustible es escaso, como España y México, están hechas de modo que consumirán muy pequeña cantidad de leña o de carbón. Han ganado ya muchos premios en varias exposiciones, además de los numerosos testimonios que han dado a su favor las compañías públicas, los fabricantes y agricultores que las han usado.
Máquinas trilladoras de vapor, con aparato para separar la paja y prepararla para forraje. Estas celebradas máquinas están usándose ya con mucha generalidad en España y México, donde se ha echado de ver que son mucho más económicas que el antiguo sistema de trillar con bestias. El maíz queda perfectamente limpio, a razón de una fanega por minuto, y el labrador obtiene mayor cantidad y mejor calidad de este artículo, que trillándolo por el antiguo método. El ganado, además, prefiere el forraje separado por máquina, en razón de su limpieza.
Molinos de maíz. Estos molinos de los Sres. Ransomes y Sims, se van introduciendo extensamente en los países donde se emplean las máquinas trilladoras, y se ponen en movimiento por los motores portátiles después de acabada la trilla.
Los Sres. Ransomes y Sims, construyen arados especialmente adaptados a las circunstancias del suelo y clima de sus habitantes. Son más baratos y de más duración, que los que hoy están en uso, y ejecutan un trabajo mucho mayor, exigiendo menos fuerza para molerlos.
Potencia de buey. Para mover las máquinas de desmontar café, las de desmotar algodón y las bombas hidráulicas, con las cuales se desarrolla toda la fuerza de los animales, al menor costo y con el menor peso.
Motoras de vapor fijas, Maquinas de bombear, Cortadores de caña, etc. Se construyen también por los Sres. Ransomes y Sims., con todas las mejoras modernas, y a los precios más moderados.
Se pueden comunicar órdenes por conducto del Sr. Waring.
En la misma Exposición se darán catálogos, fotografías y diseños, o se obtendrán dirigiéndose a Ipewich o Londres.
El Sr. D. Tomás Waring vive en México, 1ª. Calle de San Francisco, núm. 9.
605
Alumbrado
El Diario del Imperio
8 de marzo de 1867
Muy digna es la capital de que en ella se mejore este ramo, adoptando la iluminación para las calles y establecimientos públicos por medio del gas hidrógeno.
En 1857 se planteó por primera vez, aunque parcialmente, ese sistema; pero no pudo continuar, ni menos perfeccionársele dándole mayor extensión, porque la empresa carecía de los fondos necesarios y demás condiciones para realizar sus compromisos, y apenas logró iluminar unas cuantas calles por muy corto tiempo y con frecuentes interrupciones.
Mediante el privilegio recientemente concedido a otra empresa, es probable que al actual alumbrado lo sustituya el de gas, y que la ciudad disfrute de un beneficio que, por hoy, no puede proporcionarle el cuerpo municipal, considerada la escasez de sus fondos que no le permiten acometer la realización de ese grandioso proyecto que exige cuantiosos recursos. En este concepto, solo ha estado en su arbitrio mejorar el alumbrado que existe, aumentándole los faroles en varios lugares que no los tenían, y reemplazando las luces alimentadas con aceite por medio de las que se nutren con agua, que produce una luz de mayor claridad y fuerza, y poniendo en lugar de las antiguas candilejas los aparatos nuevos que son necesarios.
A principios de este año existía el número total de luces de 1,836, y se han colocado nuevas 266, de modo que en la actualidad hay 2,102, en este orden: 166 por medio de aparatos de veinte luces; 682 de diez luces; 30 lámparas de doble luz; 1212 candilejas, y 12 lámparas chicas de mano para los guardas de los mercados.
Los puntos en que absolutamente faltaba el alumbrado, y en que se ha puesto por primera vez, son los siguientes:
Aunque en el semestre pasado también se colocaron varios faroles en algunos puntos de los comprendidos en la anterior lista, los expreso ahora, porque en este período se ha aumentado el número de aquéllos.
Los habitantes de esos lugares reciben ese beneficio tan importante para su conveniencia y seguridad, y al mismo tiempo la población de cualquier rumbo de la capital obtiene la ventaja de poder ser conducida en coche por la noche a esos sitios, a los que antes no les era permitido ir de ese modo, en virtud de que les estaba prohibido a los carruajes de plaza traspasar los límites del alumbrado.
Los antiguos faroles, por su defectuosa construcción, proyectaban mucha sombra y daban poca luz, y fijados en las aceras de las calles no la difundían convenientemente.
Los nuevamente construidos carecen en lo posible de ese defecto; son más grandes, tienen la capacidad necesaria para contener aparatos de más luces, y se les ha puesto en el centro de las calles.
Luego que se notó el ventajoso resultado de esta innovación, que fue tan bien recibida por el público, se ha continuado extendiéndola, y hay 166 faroles colocados de ese modo en las calles más céntricas y pobladas.
El personal encargado del servicio del ramo ha mejorado en moralidad y disciplina, y no sólo cuida de conservar constantemente en buen estado la iluminación pública, sino que también le está confiada por la noche la custodia de los intereses del comercio y de todo el vecindario. Igualmente tiene a su cargo una bomba para extinguir incendios, provista de los enseres y accesorios necesarios a ese objeto, y ha recibido los cubos, barretas y hachas que deben servirle en la eventualidad de un siniestro semejante.
Está decentemente uniformado y atendido con oportuna regularidad en el pago de sus sueldos.
En virtud de economías pequeñas, que en nada disminuyen el haber de los guardas ni gravan a los fondos municipales, y las que en otro tiempo pasaban desapercibidas, se ha establecido una escuela gratuita de primeras letras para que reciban la educación los hijos de los propios guardas; y estos niños, sin sacrificios de sus padres ni erogación para el Municipio, están uniformemente vestidos.
Con esos mismos ahorros se ha formado un fondo para asistir con médico y medicinas a los guardas enfermos, quienes en sus faltas, son sustituidos por otro individuo, sin gravamen del propietario, conservándose siempre completa la dotación de ellos para el servicio de la ciudad.
D. Manuel Nájera, actual jefe del alumbrado, con su honradez, su eficacia y sumo esmero, ha proporcionado todas estas ventajas, y los guardas le deben estar reconocidos por la abnegación y desinterés con que ha procurado beneficiarlos, proporcionándoles a sus hijos el bien inestimable de la educación primaria.
606
Máquina para cortar mármol
El Pájaro Verde
9 de marzo de 1867
Los señores Duncan, Hubbard y Whittaker han establecido en México una máquina de vapor de fuerza de 40 caballos para cortar y bruñir mármol por la gran cantidad que hay en el país.
607
Los jardines de la Plaza de Armas
El Pájaro Verde
13 de Marzo de 1867
Muy grato nos es consignar los elogios que la prensa extranjera en la capital ha tributado al Sr. Trigueros, al hablar de los bellos jardines formados en la Plaza de Armas. Al efecto, trasladamos los artículos publicados por l’Ere Nouvelle y el Courrier du Mexique en sus números del domingo último.
Dice l’Ere:
Sería injusto pasar en silencio la obra que caracteriza principalmente el período de que nos ocupamos: la creación de un jardín público en la Plaza de Armas. La utilidad de estos jardines no tiene a los ojos del público tan grande importancia como los otros trabajos de la entidad, y se le considera por lo común, bajo el punto de vista puramente agradable. Este es un error que la mayor parte de las grandes ciudades han reconocido ya; la higiene pública se halla directamente interesada en la multiplicación de las plantaciones en los centros de población, y en México lo está más que en ninguna otra parte, en razón de los miasmas de las lagunas circunvecinas. La iniciativa tomada por el Sr. Trigueros a este respecto, es según nuestra opinión, un verdadero beneficio a la población, a la cual ha procurado al mismo tiempo un lugar de distracción fácil a todos por su situación misma.
El Courrier du Mexique, extendiéndose más y en un bello lenguaje, se explica en estos términos:
No sabiendo qué hacer, no sabiendo qué decir, nos hemos dirigido a la Plaza de Armas a distraer allí nuestros cuidados. En medio de las flores, de la verdura, nos parecía que la inspiración debía venir más fácilmente, y nos proponíamos tomar por colaboradora a la diosa de las flores. Pero en presencia del risueño espectáculo que se ofrecía a nuestros ojos, las ideas serias se nos han volado de la manera más suave y con la mejor voluntad del mundo, siéndonos imposible, por falta de alas, volver a reunirlas.
¡A un lado hoy, pues, las marañas de la política, las peripecias del día anterior, las ansiedades del momento y las incertidumbres del porvenir! ¡La naturaleza nos convida a las bodas de la primavera!
Bajo este hermoso cielo de México, donde las estaciones no se determinan, la naturaleza está siempre de fiesta; las flores esparcen sin cesar sus perfumes embalsamados; los árboles conservan siempre su verde follaje. ¡Parece que la primavera es eterna!
Así, pues, al llegar a esta Plaza de Armas, en otro tiempo tan triste, y tan alegre ahora; al mirar este verde césped, sobre el que se destacan mil colores; esos geranios; esas violetas, esas rosas que se abren sobre su lecho de esmeralda, nos ha parecido que una vida nueva comenzaba para nosotros; ¡nuestro pecho se dilataba y aspirábamos con delicia esos mil perfumes esparcidos en el aire! Éramos, pues, dichosos.
Pero no sólo eran geranios, rosas y violetas, había también flores vivas; esas bellas niñas, rosas de la vida, que corrían por aquí y por acullá las unas en pos de las otras saltando la cuerda, rodando el aro, y esos niños frescos y rollizos que no tienen otro cuidado que el de vivir. Todo esto nos transportaba a la patria ausente a ese bello y espléndido jardín de las Tullerías, donde también las flores abundan, donde también cantan, saltan y danzan los niños, perlas del porvenir, rosas apenas abiertas, botones todavía cerrados.
Este alegre espectáculo nos recordaba el pasado de nuestra vida, en que nosotros también como esos niños saltábamos, corríamos, danzábamos. Veíamos en nuestra memoria aquellas tiernas madres limpiando el sudor de las encendidas frentes de sus muy queridos hijos y de sus hijas amadas. Este pasado, tan lejos, ya de nosotros, nos hacía olvidar las preocupaciones del día actual y que teníamos que trabar seriamente alguna cuestión grave.
Somos en verdad culpables, teniendo que descargar en parte nuestra falta con el Sr. Trigueros, que nos ha colocado en medio de la ciudad un sitio encantador, en que todas las edades de la vida se enlazan en medio de las flores y de la verdura. Es un crimen de lesa-policía el que hemos cometido, el uno y el otro, y a vos solamente, Sr. Trigueros, es al que se debe acusar si en la mañana de hoy los lectores no hallan en las primeras columnas de nuestro diario alguna editorial que cause sensación, o alguna cuestión hacendaria de primera importancia.
608
Política de D. Vicente Riva Palacio
El Cronista de México
29 de Marzo de 1867
Discurriendo sobre la libertad, dice el Boletín Oficial de Toluca en su editorial de 13 del corriente:
Para ser igualmente libres, necesitamos ser igualmente tolerantes en opiniones o creencias extrañas a las nuestras. ¿Qué sería de un país donde se le dijera al hombre que era libre, y sin embargo no se respetara su conciencia política y religiosa? La libertad sería entonces una impostura, puesto que tal intolerancia formaría la opresión.
Por esto es que el gobierno, persuadido de tales principios, deja a los ciudadanos en el goce más amplio de sus derechos, respetando sus creencias y opiniones y dando garantías a todos está convencido de que el triunfo de la República sobre los traidores no es el de un partido que caprichosamente pretende sobreponerse a otro para ejercer venganzas, es el triunfo de la razón que busca para México la cultura y su bienestar; como medio para conseguir ambas cosas el gobierno sostiene vigorosamente la constitución y leyes de reforma; pero no ejerce exclusivismo ni venganza con los vencidos, respecto a quienes en la desgracia les da la mano de amigo, después de mostrarle con la victoria su poder.
609
La ciudad sitiada
El Cronista de México
25 de abril de 1867
Reduce su tamaño al estar la ciudad sitiada.
610
Pozos artesianos
El Diario del Imperio
26 de Abril de 1867
21 de Mayo de1867
Ayuntamiento de México. Palacio Municipal. México, abril 25 de 1867. El señor alcalde municipal dispone que para que el público tenga conocimiento de las casas donde hay pozos artesianos y pueda proveerse del agua que necesite, los dueños de éstos pongan en la puerta de su casa un distintivo con un letrero que lo indique; en el concepto de que al que no lo verifique se le impondrá una multa, o se le castigará con una prisión, a juicio del señor alcalde municipal y con arreglo a la falta.
De orden de Su Sría. Se hace saber al público para su conocimiento. El Secretario del Exmo. Ayuntamiento, Lic. Luis G. Pastor.
610
Remate de fincas
El Diario del Imperio
21 de Mayo de 1867
Administración principal de Rentas de México. Sección de Bienes Nacionalizados. Número 292. Según lo dispuesto en la 2ª de las prevenciones dictadas el 9 del presente mes por la Dirección General de Bienes Nacionalizados, procederá esta Administración al remate de las fincas que constan a continuación; en el concepto de que la almoneda en clase de remate se verificará en esta oficina a las dos de la tarde del día 29 del mismo, y de que las personas que deseen hacer postura pueden ocurrir a pedir los informes que soliciten, en la misma sección, y de que deberán entregar con anticipación el correspondiente papel de abono.
Casa núm. 4 de la 1ª calle del Reloj
“ “ 10 del Portillo de San Diego
“ “ 8 de la 2ª calle de Plateros
“ “ 6 de la 3ª de San Juan
“ “ 1 de la calle de la Joya
“ “ 3 de la calle de Donceles
“ “ 7 de la calle de Chiconautla
“ “ 4 de la 2ª calle del Factor
“ “ 1 de la 1ª de Vanegas
“ “ 15 de la calle del Águila
Lo que se avisa al público para su conocimiento. México, mayo 17 de 1867. El contador, encargado de la administración, José María Méndez Nieto.
611
Plano de la Ciudad de México
El Diario del Imperio
21 de mayo de 1867
levantado por orden del ministerio de fomento
por sus ingenieros
ACOMPAÑADO DE UNA MEMORIA DESCRIPTIVA.
1867
Este plano, levantado y construido escrupulosamente con los mejores datos, tiene marcado el dique de circunvalación que acaba de hacerse por el mismo Ministerio, así como todos los demás detalles suficientes para formar de él una obra completa y exacta.
La Memoria Descriptiva de que va acompañado consta de 240 páginas, y lleva por separado el perímetro del mencionado dique, dándose en ella una noticia histórica de los principales establecimientos y edificios, y de cuanto conduce a proporcionar un perfecto conocimiento de la ciudad en todos sus pormenores, es de sumo interés, como instructiva, verdadera, segura y fácil guía para nacionales y extranjeros.
Se vende en la imprenta de Santiago White, callejón de Santa Clara núm. 9, a tres pesos el ejemplar, con el plano en papel delgado, y a cuatro en papel de marca, ínfimo precio que se le ha fijado para suplir en parte los fuertes costos que ha exigido esta obra; pues el objeto al emprenderla no ha sido el de especular, sino el de darle publicidad por su notoria utilidad general.
PLANO TOPOGRAFICO DEL DISTRITO DE MEXICO
_________
Se expende en la Librería Madrileña al módico precio de 3 pesos 4 reales.
30ª - 6
I N S T R U C C I O N E S
que
LOS VIRREYES DE NUEVA ESPAÑA
dejaron a sus sucesores,
algunas que los mismos trajeron de la corte y otros documentos
semejantes a las instrucciones
________
Terminada la publicación de las “Instrucciones de los virreyes”, que han estado insertándose como folletín en el Diario del Imperio, y habiéndose hecho por separado la impresión de un corto número de ejemplares de esa obra, que forma un volumen de más de trescientas páginas, se vende, desde hoy, al precio de dos pesos cada ejemplar, a la rústica, y dieciocho reales a la holandesa en los parajes siguientes:
Despacho del Diario del Imperio, plaza del mercado, frente a la antigua Universidad.
Librería del portal de Agustinas núm. 3 propiedad de D. Manuel Morales.
Librería Madrileña, portal del Aguila de Oro.
Alacena de libros de D. Antonio de la Torre, esquina de los portales de Mercaderes y Agustinos.
México, marzo l5 de 1867.
cartilla geografica para los niños
por d. anselmo de la portilla
Se halla de venta en los puntos siguientes: Librería Madrileña, Portal del Aguila de Oro Librería de los Sres. Andrade y C. Portales de Agustinos. Imprenta literaria, 2ª. Calle de Santo Domingo núm. 19.
precios
Un ejemplar............................. .. 1 real
Una docena............................... 6 reales
612
La cúpula de la Profesa pintada por Pelegrín Clavé
Diario del Imperio
21 de mayo de 1867
De la Iberia de hoy tomamos la que sigue:
La Cúpula de la Profesa. El Sr. D. Pelegrín Clavé, director de pintura en la Academia de San Carlos, acaba de pintar esta cúpula, ayudado de sus discípulos. Hemos tenido el gusto de ver estas pinturas, y creemos que no solo corresponden a la merecida reputación del Sr. Clavé, sino que darán nuevo realce a su fama. Las pinturas son ocho, comprendidas en otros tantos gajos en que está dividida la cúpula. Siete de ellas representan los siete Sacramentos de la Iglesia, y la octava es la Cruz adorada por un grupo de ángeles, que tienen en sus manos los instrumentos de la Pasión. El Padre Eterno bendiciendo la creación, corona estas obras en la parte mas alta de la cúpula.
No tenemos hoy tiempo para dar una idea de estas composiciones, ni seríamos tampoco capaces de hacerlo bien aunque le tuviéramos. Diremos, sin embargo, que cada una de ellas revela la feliz inspiración cristiana del artista, y que todas ostentan los rasgos puros y apacibles, la belleza de colorido y los primores de ejecución que caracterizan todos sus trabajos. La que representa el símbolo de la redención, es una obra puramente poética, sin filiaciones históricas ni tradicionales, y cuyo tipo brotó original en la imaginación del artista, sin precedentes ni modelos anteriores de ninguna especie. La cruz es la claridad diáfana del aire; las ráfagas que despide, son la misma claridad mas diáfana todavía; los ángeles están tristes y reverentes, como pueden estarlo los espíritus bienaventurados. Es, en fin, esta pintura un bello rasgo de poesía religiosa. No podemos menos de mentar también ahora, aunque sea de paso, el cuadro que representa el Sacramento del Matrimonio. En él está la Virgen representada con esa forma de beldad celeste y ese sello de inmaculada pureza, que sólo es dado reproducir a los grandes maestros empapados en la misteriosa unción del arte cristiano.
Otro día diremos mas acerca de estas importantes obras, y publicaremos un impreso en que se hace una descripción minuciosa de ellas. Por ahora solo debemos añadir, que nueve discípulos del Sr. Clavé son los que más le han ayudado a ejecutarlas, distinguiéndose entre ellos los profesores D. P. Monroy y D. F. Castro.
613
Exposición de París
Ilustración Americana
22 de mayo de 1867
I
El año de 1867 va a registrar en sus anales uno de los acontecimientos más notables del mundo. Todas las naciones civilizadas de la tierra, y muchas de las que aún no han entrado en el concierto civilizador de la humanidad, van a reunirse en un solo punto, en un solo día y en una sola hora, a exponer lo que sienten, lo que piensan, lo que saben, lo que tienen y lo que ejecutan desde la más remota antigüedad hasta el momento del concurso.
El Campo de Marte de París va a ser antonomásticamente un campo de lucha pacífica y fraternal, donde se desligue por la fórmula del progreso el satánico compromiso de la Torre de Babel. Los hombres hablarán diversas lenguas en un común edificio, levantado por todos; pero no llevan el rebelde pensamiento de escalar el cielo, sino el provechoso de beneficiar la tierra; no van a destruir la obra del Creador; van a recogerla y a utilizarla.
Este espectáculo de 1867 no parece nuevo, pero lo es. Las grandes Exposiciones Universales de la Industria y las Artes verificadas antes de ahora, han sido una especie de prospecto, ya que no debe llamárselas ensayo, en que se preludiaba y traslucía el conjunto verdaderamente universal de la anunciada para hoy. Nobles esfuerzos, atrevidas ejecuciones, obstáculos al parecer insuperables, hábilmente salvados, dieron la norma de un pensamiento digno de la raza de los Napoleones: Todo lo de todos.
El tiempo y el espacio, la historia y la filosofía, el principio y el fin de las civilizaciones, lo que fue y lo que es; la enorme fusión del pensamiento humano, que es la base, con el producto del sudor corporal, que forma el vértice del edificio de la vida, todo ha de exhibirse en ordenado panorama y con erudita y pedagógica clasificación. Las bellas artes primero, como producto más espiritual y más abstracto del cerebro del hombre; las sustancias alimenticias al fin, como producto más material y más concreto del ejercicio humano, y en medio de unas y otras, el material de aplicación de las artes liberales, primera escala bajando de la idealidad; muebles y objetos destinados a la habitación del hombre, segunda escala en el orden de la vida; vestidos y objetos destinados a la persona, tercera escala de la existencia social; productos industriales extractivos, como fundamento general de las labores mecánicas; instrumentos y procederes de esas mismas labores, como penúltimo ejercicio del trabajo; hasta llegar al condimento de los manjares, o con el término de las industrias de asimilación. En una palabra, desde el pensar hasta el digerir; desde un soplo impalpable del alma hasta el ejercicio omnívoro del cuerpo.
Jamás se ha concebido antes de ahora programa semejante. Las grandes épocas del mundo no ofrecieron nunca condiciones a propósito para tal empresa.
Hoy es, y asombra la manera con que el pensamiento puede realizarse.
II
En efecto, se ha necesitado la mayor extensión habitable del recinto de París, para implantar el enorme edificio que ha de contener a las gentes y a los productos del globo. El Campo de Marte con sus cuarenta hectáreas para contener una ciudad, ha visto levantarse en pocos meses el extraño monumento de la Industria, cuya fábrica ocupa más de catorce hectáreas de terreno; ¡ciento cuarenta y seis mil seiscientos metros!
Una gigantesca elipse, o por mejor decir, dos líneas casi paralelas, cerradas por dos semicírculos, constituyen el perímetro de este palacio colosal, cuya línea de fachada excede de kilómetro y medio. El centro lo ocupa un jardín elíptico de ciento y seis metros de ancho y ciento sesenta y seis de largo. Este jardín se comunica con el exterior por dos grandes vías que cortan la planta del edificio en forma de cruz, y conducen al parque por cuatro puertas principales; el parque, que rodea y abraza las construcciones, ocupa toda la extensión del Campo. Tal es, en sus líneas generales, la forma del monumento.
Las líneas parciales nos darán idea, perfecta del punto filosófico que ha servido de base a la adopción de esta traza singular.
Era imposible, o al menos lo pareció en un principio, que tal número de objetos, tan variada colección de productos como las naciones habían de enviar al Palacio, se clasificasen y expusiesen en una planicie, siquiera fuese inmensa, en términos apropiados para la observación y el estudio. Cuantos cálculos y disposiciones ingeniosas se realizaron en anteriores concursos para evitar la confusión y perplejidad del ánimo de los visitantes, no lograron establecer ese método expositivo, esa disolución de materias, si es lícito decirlo así, tranquila y apacible, que la imaginación confusa del espectador necesita ante los grandes espectáculos, para disponer sus ojos a la visión y su inteligencia al discurso. ¿Cómo desligar las partes diminutas de ese inmenso panorama que en revuelto conjunto nos ofrecen hombres y naciones?
La elipse del palacio de la Industria se compone de circunvalaciones o anillos concéntricos, y de rayos o galerías que partiendo del jardín central van a perderse en el parque exterior del edificio. Especie de tabla de Pitágoras o juego de oca, ofrece al visitante dos clases de movimientos: o del centro de la circunferencia en líneas rectas, o por cada una de las circunferencias entre sí, en líneas curvas que se cierran en el propio punto de partida.
De esta suerte, y colocados los productos de cada nación a lo largo de las galerías radiantes y las distintas especies alrededor de las galerías circulares, el observador, o camina de frente y visita todo un país, o camina en dirección circular y estudia todo un género de objetos.
La disposición concéntrica de los radios y de las curvas, ofrece una anchura superior en el perímetro del Palacio, la cual va disminuyendo progresivamente hasta el jardín central; y como la clasificación de los objetos está hecha, según va dicho, desde lo más abstracto hasta lo más concreto, desde las especies menos numerosas a las usuales, cada país se abre a modo de abanico desde las bellas artes, que son el vértice, hasta las sustancias alimenticias que constituyen la base de la curva exterior; por cuya manera se concilian la marcha filosófica del estudio, y la exhibición nacional y cómoda de los objetos. No de otro modo se harían perceptibles en un solo recinto, tantos y tan diversos productos del arte y de la industria.
III
Porque efectivamente, el número de las producciones que van a exponerse en el Campo de Marte, excede hasta de los límites del cálculo, si no se apunta, aun cuando sea a la ligera el índice genérico de su convocación.
Ha pedido la Francia a las demás naciones, como primer grupo exponible, las obras del ingenio humano comprendidas bajo la denominación de bellas artes: Pintura, Escultura y Arquitectura. Este primer grupo, dividido en cinco clases diferentes, abraza la pintura al óleo, sobre tela, sobre tabla, sobre cobre y cualesquiera otras materias; miniaturas, acuarelas, pasteles y dibujos de todos géneros; pinturas sobre esmalte, loza y porcelana; cartones de vidrieras y de frescos; esculturas de alto y bajo relieve, medallas, camafeos, etc.; estudios y proyectos de edificios, restauración de ruinas; grabados en negro y policromos; litografías al lápiz y al pincel; cromolitografías, y cuantos objetos, por último, puedan tenerse por legítima manifestación de las bellas artes.
Son objeto del segundo grupo el material y las aplicaciones de las artes liberales; en cuyas clases, que son tres, figuran en primer término la imprenta y la librería, como derivación más importante del ingenio humano. En este grupo se comprenden los objetos de escritorio, encuadernación, material para la pintura y el dibujo; aplicación del dibujo y de la plástica a las artes visuales; pruebas y aparatos de fotografía; instrumentos de música, aparatos e instrumentos de cirugía y medicina; instrumentos y material para la enseñanza de las ciencias; mapas y aparatos de geografía y de cosmografía; con cuanto dice relación a las aplicaciones de este arte que podríamos llamar industrial, o de esa industria que podría apellidarse artística.
Figuran en el tercer grupo los muebles y otros objetos destinados a las habitaciones; tales como tapicería y ornamento, cristal y vidrieras; porcelanas, lozas y vidriados; alfombras, tapices y tejidos de mueblaje; papeles pintados, cuchillería, platería, relojería, bronces, artículos de fundición; aparatos para calcular y alumbrar; perfumería, tafiletería, tornería y cestería; con las variadas e infinitas producciones que la humanidad ha adoptado para su vivienda.
El cuarto grupo lo componen el vestido y los demás objetos para uso de las personas, cuyo grupo principia con los hilos y tejidos de algodón, hilos y tejidos de lino y cáñamo, de lana y seda; y continúa con blondas, tules, bordados y pasamanerías; artículos de gorrería y lencería; accesorios del traje, como guantería, peluquería, zapatería, joyería, armas portátiles, objetos de viaje y de campamento, juguetes de niños, en una palabra, todo lo que usa la persona para su cuerpo, o se relaciona con las necesidades, hábitos e instintos del individuo.
Contribuyen a la formación del quinto grupo, los productos de las industrias extractivas. En este gran elemento de la riqueza humana, se comprenden las producciones de las minas y de los metales, desde las rocas y las menas hasta el agua salada y los alfileres; siguen las industrias forestales, desde el leño hasta el cedazo; desde la sustancia curtiente del químico, hasta el sueco del leñador; abraza los productos de la caza, de la pesca, de las cosechas o recolecciones; los agrícolas no alimenticios, los químicos y farmacéuticos; los de blanqueo, tintura, estampación y adobo; los de cuero y piel; todos, en fin, los que se extraen de la naturaleza para aplicarlos a la industria.
Los procedimientos e instrumentos de las artes usuales son la materia del sexto grupo. Los aparatos que para explotación de minas, para explotaciones rurales, forestales y agrícolas; material de las artes químicas y farmacéuticas; motores, generadores y aparatos mecánicos, máquinas-instrumentos; material de hilandería, cordelería, tejería, costura y confección de trajes, material y procedimientos para fabricación de muebles, papelería, impresiones, etc.; carruajes y carretería; guarniciones y monturas; material de ferrocarriles, telégrafos, arquitectura, navegación y salvamento, constituyen con sus múltiples variedades este grupo de las artes de uso común, cuyos adelantos atañen más directamente al progreso social.
Por último, un séptimo grupo reúne los alimentos frescos o en conserva, según los diversos grados de preparación, y expone los cereales y harinosos comestibles, los productos de la panadería y pastelería, los cuerpos crasos alimenticios, lácteos y huevos; legumbres y frutas, condimentos estimulantes, azúcares y confites, bebidas espirituosas y fermentadas; y para decirlo de una vez, todo lo que se bebe y se come.
IV
No es esto, sin embargo, el complemento de tan universal exposición. Tres grupos más, extendidos por el parque que rodea al Palacio, muestran en viviente y animado panorama los últimos recursos del hombre, o por mejor decir, los primeros que la naturaleza puso en sus manos. Especies de animales vivos, caballos, asnos y mulos; bueyes y búfalos, carneros y cabras, cerdos, conejos, etc.; aves de corral, perros de caza y de ganados, insectos útiles, pescados, crustáceos y moluscos, constituyen el primer grupo. Productos vivos y modelos de establecimientos de horticultura, como invernaderos, acuarios, juegos de aguas, flores y plantas de adorno, plantas forestales, y reproducción animada de cultivos diversos en diversos países, forman el segundo grupo de esta sección complementaria, que ocupa el noveno lugar en la clasificación de todo el conjunto. Y finalmente, un tercer y décimo grupo muestran las producciones que tienen a la mejora de la condición física y moral del pueblo, entre las cuales se encuentran los métodos de enseñanza para los niños; el material para instrucción de los adultos; los muebles, vestidos y alimentos que se distingan por su baratura; las muestras de trajes nacionales; los modelos de habitaciones sanas y económicas; los instrumentos de trabajo que compilan con las máquinas, y todo cuanto hace relación a la vida de familia entre las clases proletarias y trabajadoras.
Tal es el plan de organización de ese monstruoso ejército de productos, que cuenta diez divisiones, noventa y cinco brigadas, más de mil compañías, y millones de individuos disciplinados.
Pero no es eso todo, aún: necesitábase dar variedad a este concurso de 1867 sobre los celebrados hasta ahora, y el pueblo francés se la ha proporcionado cumplidamente.
En efecto: para completar el cuadro, no sólo de todas las cosas, sino hasta del principio y el fin de las cosas humanas, la Comisión Imperial imaginó una doble exposición de la historia del trabajo mismo. Las naciones al reunir lo que hacen y lo que tienen, iban a reunir lo que hicieron y tuvieron antes; con más, la fórmula o mecanismo de cómo lo tienen y lo hacen ahora.
A este fin; cuando el visitante entra por la puerta de honor que conduce al gran vestíbulo del Palacio, y recorre esta inmensa nave de catedral que tiene quince metros de ancho, veinticinco de alto y más de cien metros de largo, lo primero que encuentra es una reunión de modelos de todas las naciones sobre la historia del trabajo humano. Allí ha de exponerse la serie de útiles, de armas, de instrumentos, de imágenes y dibujos que reflejen las diversas edades del hombre desde la antigüedad más remota hasta nuestros tiempos; y esta galería arqueológica establecerá una fácil e instructiva transición entre el período antihistórico y la época actual, como conviene a la escuela de los estudios comparativos.
Por el contrario, en el parque del Palacio, formando contraste con los orígenes del centro, el visitador hallará una serie de manipulantes y trabajadores, que en carne y hueso, con los trajes propios de su país, los mecanismos especiales de su raza y costumbres, la variedad más característica de su producción, y el escenario, digámoslo así, más adecuado a la idea nacional que cada uno representa, ejecutarán a vista de todos, los trabajos peculiares de su arte, verdadero triunfo del hombre sobre la máquina. Porque efectivamente, aun cuando los mecanismos modernos se han perfeccionado hasta el punto de que parezca que gozan la vida, de inteligencia y de voluntad (pues no otras cualidades pueden suponerse en esas máquinas que pintan, esas máquinas que bordan, en esas máquinas que construyen) todavía el hombre tiene reservados hábiles procedimientos a donde el tornillo ni la rueda dentada pueden llegar, mientras la ciencia no inventase el soplo del espíritu que reside entre lo más imperfecto de la creación.
V
De este modo, reunido lo vivo y lo muerto, lo de antes y lo de ahora en consorcio ordenado y artístico, embellecido el conjunto con los primores del arte de la ornamentación, del arte de la fecundidad, de los artes todos de la alegría; exornado el panorama con monumentos, vistas, facsímiles de todas las naciones y de todos los tiempos; aglomerado, alrededor de tanta y tan múltiple riqueza, el concurso humano de todas las razas, de todas las lenguas, de todas las costumbres, de todo, en fin, el armónico desorden que constituye el mundo de los vivientes; París, con sus grandes recursos propios, con los extraordinarios que desde hace tres años acumula para dar hospedaje galante y bello a sus visitadores; París con sus condiciones de cosmopolitismo, con su prensa habladora, con sus naturales francos y accesibles, con sus farsas recreativas, sus espectáculos, sus gracias, su bisutería; París, en una palabra, aguijoneado por la codicia de devorar en pocos meses los tesoros que aporten a su seno las gentes acomodadas de todo el globo, ofrecerá desde los primeros días del mes de abril, ¡quién podrá dudar de ello! encantos inesperados, conjuntos maravillosos, sueños e idealidades que apenas se atreve a vislumbrar la fantasía.
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La Profesa
Diario del Imperio
25 de mayo de 1867
La Profesa. Ayer hubo en este templo una solemne función religiosa dedicada a la Virgen bajo la advocación de Auxilio de los cristianos, y asistieron a ella infinitas personas de todas clases y condiciones, que fueron a pedir a Dios el alivio de los males presentes.
Esta fiesta tenía doble atractivo para los amigos de las artes, porque por primera vez se descubrieron al público las magníficas pinturas con que acaba de decorar el Sr. Clavé la cúpula de la Profesa.
Los inteligentes habrán podido observar que nada exageramos en el modesto elogio que de ellas hicimos; pero nosotros, después de haber contemplado desde el punto de vista conveniente, debemos decir que nos quedamos cortos, porque las figuras de tamaño colosal que habíamos visto desde los andamios, se presentan ahora, miradas desde el pavimento de la iglesia, en su tamaño natural, ostentando sus bellas proporciones y su carácter verdaderamente grandioso. La riqueza y brillantez del colorido que habíamos admirado de cerca, nada pierden tampoco con la distancia, mientras que ésta viene a dar nuevo encanto a la perfecta armonía de figuras y colores. Es sin duda una rara habilidad del artista el haber ejecutado estas obras gigantescas con rasgos tan delicados y sutiles como si estuvieran destinadas a ser vistas de cerca, y haberlo hecho, sin embargo, de modo que nada pierden de su robustez y energía, miradas desde lejos.
La magnificencia de esta decoración corresponde dignamente al grandioso estilo arquitectónico del templo, y hace resaltar tristemente la completa desnudez que la rodea. Por esta razón los amigos de lo bello desean que el ábside se pinte mejor de lo que está, y que se decoren convenientemente aquellas bóvedas, para que hagan juego con la bella obra monumental de que hablamos.
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Las pirámides de San Juan Teotihuacan
Diario del Imperio
29 de mayo de 1867
A cosa de una legua de San Juan Teotihuacan existen las dos colosales pirámides consagradas en siglos anteriores al Sol y a la Luna. Se hallan en línea casi paralela, separadas una de otra como un cuarto de legua; y su elevación es de mas de ciento cincuenta varas. Estos monumentos fueron, según Clavijero, construidos mucho tiempo antes de la conquista de Hernán Cortés. Una de las pirámides tiene su entrada por la mitad de ella, y los que allí han penetrado dicen que hay un socavón profundo como embudo, y que del centro sale una fuerte corriente de aire.
La imaginación se pierde viendo la magnitud de las pirámides, si se contempla el tiempo que pasaría para concluirlas, el acopio de piedra y tierra que las forman, la cantidad de cal que se consumiría en formar las capas en que están divididas, la entrada que sin duda fue hecha por el arte, pues todo sorprende y todo presta material para ocupar la atención del extranjero y del curioso investigador.
Existen alrededor de estas dos otras muchas pirámides de menor altura, y por eso no se ven a lo lejos. De las que vamos hablando, se han extraído pequeñas cabezas de barro de la figura del hombre, y multitud de saetas de obsidiana, cuentas de serpentina y otros varios objetos.
No lejos de las pirámides se hallan los escombros de una antigua población bien extensa, observándose todavía la solidez con que fueron construidos sus edificios y lo bruñido de sus paredes y pisos, la amplitud de las calles, y también hay vestigios de grandes acueductos.
Desde las torres de la Catedral de México, y desde casas muy elevadas, puede por la mañana temprano verse al Nordeste con toda claridad una de las pirámides.
Dícese que estas pirámides son iguales a las de Egipto o Gizeh. Deseamos que los mexicanos que últimamente han visitado las africanas, nos den su opinión sobre la semejanza.
Como tenemos entendido que el ferrocarril de Apizaco pasa a tiro de fusil de las pirámides, estamos seguros de que no terminará el año sin que hayan sido visitadas, examinadas, explotadas y estudiadas. No seremos nosotros de los últimos que las visiten.
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Visita de la princesa Iturbide a la Exposición Universal 1867
El Diario del Imperio
31 de mayo de l867
La princesa de Iturbide, acompañada de varios miembros de su familia, desembarcó en San Nazario el 14 de abril y al día siguiente llegó a París. En aquella capital se hallaban muchos altos personajes que iban a visitar la Exposición, entre otros el duque de Flandes, el príncipe Humberto, el rey de los Belgas, el príncipe de Orange, el duque de Leuchtemberg, estaban por llegar el rey de Portugal y otros muchos.
Entre los objetos de la exposición de París hay un antiguo templo mexicano que según una correspondencia, llama mucho la atención a los visitantes. Se llama el templo de los Sacrificios de Xicocatla, aunque el corresponsal no sabe si la palabra está bien escrita viento sosegado.
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Sociedad Mexicana de Geografía y Estadística.
El Diario del Imperio
12 de junio de 1867
acta núm. 13
México a 28 de mayo de 1867.
Aprobada el acta de la sesión anterior, se dio cuenta de un oficio del Sr. D Manuel Carmona, dando las gracias a la Sociedad por su nombramiento de miembro corresponsal. A su expediente.
El Sr. D Manuel Orozco y Berra dio lectura a los siguientes dictámenes:
En comunicación fecha 1º de febrero próximo pasado, se me dice que el señor socio corresponsal D. Federico Heller de Hellewald ha pedido a la Sociedad los datos para formar una bibliografía mexicana, y se me comisiona para adquirir los documentos precisos al efecto, indicándome acuda al Supremo Gobierno y a los particulares que me pudieran ayudar en la empresa.
No conozco un trabajo bibliográfico completo acerca de México; los datos que existen andan dispersos y separados en obras raras de difícil adquisición; de manera que, reunirlos, coordinarlos y ponerlos en sazón para darlos a la imprenta, sería obra de largos años, gran trabajo y mucha costa. La Biblioteca del Sr. Beristain, no obstante los defectos que se le atribuyen de descuidos y faltas, es en la que, en mi concepto, existe algo más completo en el ramo. Corregir, enmendar y completar esta Biblioteca, para que enseguida enviarla al extranjero, y que allí se publicara con nombre ajeno, no me parece empresa digna de la Sociedad. Si en México se ejecuta alguna vez una obra de este género, que por cierto se echa ya mucho de menos, lo acertado será darla aquí a la estampa, bajo los nombres de los autores que la hayan llevado a cabo.
Opino, pues, que la Sociedad, si lo tiene, remita un ejemplar de Beristain al Sr. Heller, como la cosa única con la que de pronto puede auxiliar su empresa.
México a 28 de marzo de 1867. Manuel Orozco y Berra.
Con fecha 8 de enero del presente año recibí una nota en que se me comunica el deseo que tiene el señor socio corresponsal en Viena D. Federico Heller de Hellewald, de que se le proporcionen los datos necesarios para formar una noticia cartográfica relativa a México. La Sociedad me comisionó para juzgar acerca del trabajo preparado por el Sr. Hellewald, y me encargó además, proporcionara los datos y apuntes solicitados por aquel mismo señor.
El apunte cartográfico contiene la noticia de poco más de cien planos o cartas relativas a México, que no son ni con mucho los que en realidad existen publicados en Europa, y que con facilidad pudo haber a las manos el Sr. Heller. El trabajo por lo mismo me parece muy diminuto, y para completarlo hasta donde fuera preciso, sería menester hacer un estudio muy largo y detenido, ya que además de reseñar la colección perteneciente a la Sociedad, se haría indispensable examinar las colecciones en las oficinas públicas y en poder de los particulares, sin dejar por ello de consultar en las bibliotecas los muchos libros nacionales y extranjeros que encierran planos de México. Obra es ésta muy larga y laboriosa; algo parecido tengo yo comprendido y he gastado algunos años en recoger poco más de dos mil noticias, que no son por cierto todas que aún pueden ser reunidas.
Difícil y prolongado el trabajo, es imposible practicarlo con la brevedad que parece indicar el Sr. Heller; y por otra parte, si vencidas las dificultades la labor pudiera ser llevada a buen término, no me parece que la Sociedad debería entregarla para que fuera publicada en el extranjero, con verdadera mengua de nuestro país, donde debería ver la luz pública.
En virtud de estas razones someramente indicadas, y de otras que por obvias he emitido, soy de opinión se conteste al Sr. Heller que no es posible remitirle el trabajo completo que desea; pero que, a fin de ayudarle en sus tareas, se le remite el catálogo general de los planos que existen en la misma Sociedad, para que lo utilice en la forma que lo crea conveniente.
México a 28 de marzo de 1867. Manuel Orozco y Berra.
Puesta a discusión su parte resolutiva, fueron aprobadas.
Se dio lectura al dictamen del Sr. D. Antonio García Cubas, que es como sigue:
He revisado los planos que remitió a esta Sociedad el Instituto Geográfico de Bruselas, y consta la colección siguiente:
1º Plano de la Europa en el que están representados los ferrocarriles que en la actualidad existen (en nueve planos parciales).
2º Plano de Bruselas y sus alrededores, en siete hojas
3º Ídem de Bélgica, en cuatro ídem.
4º Ídem de Amberes y sus alrededores, en una hoja.
Conviene que todos estos planos, que no pueden formar un Atlas completo, se manden barnizar para enriquecer la colección que embellece las paredes de los salones de la Sociedad.
La colección que muy particularmente recomiendo, es la de la Europa que, estando construida en una grande escala, permite apreciar mayores detalles, y creo que de ninguna manera deberá encuadernarse en planos parciales, según la hemos recibido, por el inconveniente que resultará al consultarla, hallándose el dibujo que representa las naciones, interrumpido. Doy esta apreciación, en cumplimiento de la comisión que la Sociedad se sirvió conferirme.
México, 28 de marzo de 1867. Antonio García y Cubas
Tomado en consideración, fue aprobado.
El Sr. D. Guillermo Hay leyó la proposición siguiente:
Al haberme distinguido la Sociedad este año con el nombramiento de vocal en las Comisiones de las Ciencias Naturales y de Meteorología, he querido examinar cuáles han sido los trabajos de las comisiones anteriores, para poder cumplir con mis atribuciones. El resultado de mis investigaciones ha sido, que hasta ahora las comisiones que se han nombrado han servido únicamente para dictaminar sobre los varios trabajos que se han presentado a la Sociedad; y como creo que las comisiones nombradas podrían contribuir aun más eficazmente, me tomo la licencia de exponer a esta corporación las reflexiones siguientes:
La Sociedad ha reunido ya una infinidad de elementos preciosos para formar un Cuadro Sinóptico de la Nación Mexicana, y hasta para formar una obra bastante completa, que serviría para dar a conocer en el país mismo y al extranjero, lo que es México y lo que podrá ser. Es cierto que en el año de 1861 se nombraron comisiones para escribir Memorias sobre los diversos ramos que debían servir para completar esa obra; pero pocas de las personas nombradas entonces han correspondido a los deseos de la Sociedad, y hasta hoy no tenemos más que datos parciales e incompletos. No se puede tachar evidentemente a estas personas por no haber cumplido con lo que se esperó de ellas; pues en mi concepto, el campo que se les dejó para obrar, era demasiado extenso para una sola persona, lo que trajo por consecuencia que muchas de las memorias que podrían haberse escrito, hubieran sido demasiado superficiales, y otras demasiado dificultosas por su extensión.
En vista de estas dificultades y del interés que debe tener la Sociedad en dar a conocer al mundo entero un país como éste, que está llamado a un porvenir hermoso, me atrevo a hacer las proposiciones siguientes:
1º Se nombrará una comisión de tres de los socios que tengan los conocimientos generales necesarios para formar el esqueleto de la obra, que comprenderá todos los ramos y datos interesantes de la Estadística General de la Nación Mexicana.
2º Esta comisión, que se nombrará Directora, será permanente hasta la conclusión de la obra.
3º Cada año se asignará una parte de este trabajo, para que la desempeñen las comisiones nombradas a este efecto, las que podrán componerse de una o varias personas. Estos trabajos deberán leerse por sus autores en las últimas sesiones del año.
4º En el caso de que durante un año no se haya terminado un ramo de la obra, por haberse encargado solamente a la comisión una parte de él, las partes que queden pendientes se concluirán por la misma comisión, durante los años siguientes, según la importancia del trabajo, o bien se encargará a otras comisiones su desempeño, según el parecer de la Comisión Directora de que se habló en art. 1º.
5º Las comisiones colaboradoras de la obra general, se nombrarán en la primera sesión de cada año.
México, marzo 28 de 1867. Guillermo Hay.
Se admitió en lo general, y se nombró en comisión para abrir dictamen sobre los artículos con que termina la proposición, a los Sres. Castro y Pimentel.
Se recibió el núm. 6, por duplicado, del tomo 3º de la Gaceta Médica de México. A su colección.
Se levantó la sesión, a la que concurrieron los Sres. Vicepresidente Durán, Coronel Durán, General García, Hay, Orozco y Berra, Ortega, Pimentel y el Secretario primero temporal que suscribe. J. Rafael de Castro.
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Pinturas en la Cúpula de la Profesa
El Pájaro Verde
15 de junio de 1867
Para llevar a cabo las obras grandes se requieren tiempo y laboriosidad; ellas por sí mismas ofrecen obstáculos que muy difícilmente se remueven, y tal circunstancia basta para que el desempeño sufra mil vicisitudes. Sólo al genio le es dable combatir con éxito y prontitud los inconvenientes que surgen en la práctica de esas obras destinadas a producir encanto y maravilla; porque sólo él las concibe espontáneamente y desarrolla en medio de una sencillez inesperada lo sublime del arte, de la oportunidad y de la invención.
Por tales razones no debe asombrarnos que hayan precedido ocho años a la aparición de las pinturas murales que adornan hoy el templo de la Profesa, sino restringir únicamente nuestra estimación al mérito intrínseco que su efecto imprima en el ánimo de los contemporáneos, y deducir el juicio que suscite en la posteridad.
El objeto principal en las obras de bellas artes es el portento; y entran en su creación el idealismo y la ejecución; el primero viene a ser la Filosofía del arte, la segunda el Arte de la pintura. El genio, el verdadero artista está en lo especulativo; el pintor está en lo práctico. La dirección de una obra se encomienda a la parte intelectual, y ésta ha recaído debidamente en el Sr. Clavé, como maestro; el traslado de sus invenciones y la material representación de la composición del Sr. Clavé, se encomendó a los jóvenes mexicanos, sus discípulos, según lo manifestado al público.
Clasificados estos trabajos, juzguemos cómo ha desempeñado cada parte el suyo; y, protestando imparcialidad, juzguemos con justicia; es decir, al director como maestro y a los colaboradores como discípulos.
Sean, pues, la lógica y la filosofía del arte los jueces de la concepción.
Al encontrarse el espectador bajo el polo de una concavidad, al levantar los ojos hacia el zenit de una cúpula, al separar la vista del terreno que lo sustenta y del horizonte que lo circunda, ¿qué busca en aquella inmensidad?.... ¿No le representan esos luminosos espacios la bóveda celeste?.... Y, ¿será lógico, será artístico, ver rota y dividida en gajos por meridianos materiales aquella región infinita donde la mano del hombre nada puede?....¿Será racional, encontrar en cada fracción distinto éter?... En una palabra, ¿puede admitirse la pluralidad de asuntos, la variedad de escenas, y la diferencia de luces en un mismo hemisferio y sobre un mismo horizonte? ¿Puede el mismo protagonista hallarse a la vez de actor en la mayor parte de las escenas?....
La posición del espectador, la forma de la superficie que contempla, y la luz que lo baña, todo lo induce a creer que su vista no debe hallar otra cosa que el vacío, la atmósfera, las nubes, y lo que únicamente sea propio de la región celeste; los meteoros, los planetas, los cometas, efectos ígneos, accesorios atmosféricos y la diversa clase de astros. ¿Esperará, lógicamente, hallarse figuras mortales en el elemento de las aves? ¿Podrá sin aterrarse ver sobre su cabeza suelo, vegetación, casas y montes? ¿Es sensato representar sobre una superficie cóncava la superficie vertical de una fachada?. ¿Puede el arte admitir pesados trozos de material arquitectura en la diáfana esfera celeste?
Natural es suponer al espectador que se halla bajo el cimborrio de un templo con la cabeza descubierta; arrodillado tal vez, quizá lleno de unción; puede ser arrepentido o implorando los beneficios del Padre Dios y entonces, ¿cuál estará su ánimo? ¿qué buscará al levantar los ojos?. Decía bien: seres ideales, espíritus mensajeros de su oración; y, si su fe es ardiente, buscará al Ser Supremo, buscará la Gloria. Luego no cabe otro argumento en la cúpula de un templo, que la gloria o alguna apoteosis. Un solo asunto, un pensamiento grandioso, una concepción del infinito que abarque las últimas esperanzas del alma; ¡la bienandanza y la inmortalidad!
Jimeno lo comprendió así en la cúpula de Catedral; Cordero, al pintar la cúpula de Santa Teresa y la de San Fernando, siguió el ejemplo de las cúpulas de Europa; Le Brun mismo, al pintar las cúpulas del salón de la Guerra y del de la Paz en el Palacio de Versalles, puso en ellas seres ideales entre nublados, celajes, éter y luz.
Eugenio Delacroix pintó en la vasta cúpula de Luxemburgo el plácido momento en que Virgilio presenta Dante a Homero en los Campos Elíseos. Todo es etéreo en aquella mansión; y aunque poblada de multitud de héroes, sabios y poetas divos, grandes genios y heroínas de apariencia mortal, viéndolos guiados por famas y seres fantásticos, el espectador comprende al punto que el espectáculo que le deleita es una gloria: paraíso adecuado al edificio que decora.
El regio y fecundo Luca Giordano, ese Lope de Vega de la pintura, pintó también en la cúpula del Escorial una gloria. Allí resplandece ante todo la Augusta Trinidad: unos ángeles introducen al empíreo a Carlos V y a Felipe II; los accesorios que circundan el orbe son gloriosos e ideales. Recuerde el Sr. Clavé que en las diez bóvedas laterales del real monasterio el mismo artista puso glorias especiales y asuntos místicos vaporosos, dejando para los espacios recónditos, los argumentos bíblicos terrestres.
Herrera el joven, pintó en la cúpula de Nuestra Señora de Atocha la Asunción: prodigio aéreo y glorioso que concluyó después de algunos años Luca Giordano.
Palomino pintó varias cúpulas (1697 a 1723). La de San Juan del Mercado de Valencia, obra que le atrajo los honores de artista erudito; la de Nuestra Señora de los Desamparados; el ábside del coro del monasterio de San Esteban, cuya serie de alegorías representa a la Iglesia militante y triunfante; la cúpula de la Cartuja de Granada, en la que debajo de una gloria, puso a San Bruno soportando el mundo; la de la Cartuja del Paular, cuna de la fama de Carduces, Vincenzo; y, en todos sus frescos cupulares plantó escenas celestes.
El Sr. Clavé convendrá a priori en que, si bien los Sacramentos son asunto místico y de institución divina, representados como están, no son sino episodios de la historia de un fundador y de los habitantes mortales de la tierra, en la prosa absoluta de los acontecimientos, sin poesía y sin forma etérea.
Introducir, pues, una novedad en este género de decoraciones, es una temeridad que compromete el crédito del artista.
Puede hallarse alguna cúpula en el mundo artístico conteniendo diversidad de asuntos; pero es seguro que si tal existe, todos sus asuntos deben estar ligados bajo un mismo cielo y subalternos a una sola efigie, así como se ligan en un tiempo preciso las escenas del drama y los asuntos de una epopeya al interés del protagonista.
En consecuencia hemos demostrado que la concepción del Maestro está fuera de la filosofía del arte; y que, siguiendo las reglas que la lógica sugiere, la composición del Sr. Clavé en la totalidad de idealismo se aleja de lo plausible.
Creemos que si el Sr. Clavé no eligió el asunto, y que si su compromiso le ligó a representar precisamente, la institución de los Sacramentos, aunque éstos fueron institución de Jesucristo en la Tierra, pudo sin embargo, buscar en el mundo espiritual el modo de representarlos emanando del divino Institutor cuyo solio se halla en el encumbrado cielo. Metafísico es en extremo el asunto; pero acaso accesible a una imaginación poética e ilustrada, y susceptible de concretarse a una gloria.
Le Brun supo con asuntos menos poéticos, plantar en las cúpulas de Versalles las fulgidas maravillas del idealismo. En el salón de la Guerra, la Francia desciende del zenit cual Palas misma, y en su égida ostenta para terror y asombro el retrato de Luis XIV. Victorias y Famas en raudo vuelo desarrollan grabados representando batallas, o bien giran en torno del horizonte con laureles y estandartes conquistados.
En el salón de la Paz la ilusión del paraíso es completa. Hiende los aires la Francia en su pleno apogeo, regia, augusta y feliz: la Inmortalidad la corona; la Paz y la Abundancia con Himeneo, las Gracias y la Alegría pública circundan su carro. En el resto del hemisferio se ve a la Justicia que persigue los crímenes, a la Religión que confunde la hipocresía, a la Inocencia que embelesa con su dulce atractivo, y a la Magnificencia, en fin, que deslumbra por suntuosidad y por la profusión de bellos y seductores atributos.
Es evidente, por otra parte, que la estructura de la bóveda indicaba la división de los intradós. Esto, sin embargo, no era un obstáculo para representar la gloria. Recordamos que las aristas de los ángulos diedros solo consistían en ligeros boceles muy fáciles de devastarse; y comprendemos que el defecto de la acción debía desvanecerse por quedar bañada de luz la obtusa del horizonte octogonal; luego, podía allanarse la cavidad. Al haber formado aristas anchas, capaces de servir de marco a las diversas composiciones, se ha dado a la cúpula un efecto pesado y a los retablos la forma trapezoide, que es de las más inadecuadas.
El rigor del análisis nos obliga también a decir, que debió prever el compositor que la representación de varios asuntos tenía que arrastrarle a la admisión de diferentes fondos y opuestas entonaciones; y si bien tal contraste es hasta agradable en una galería de exposición, en una cúpula rompe la forma, la armonía y el objeto.
¿Buscará tal vez el artista refugio en la unidad de su pensamiento, “La institución de los Sacramentos?” Doloroso es no poder concederle lógicamente, que esta sublime y espiritual creación sea un solo asunto en lo humano. Jesucristo instituyó estas gracias divinas en diferentes épocas, y no fueron conferidas a un tiempo; el hombre no las recibe en el mismo período de su vida tampoco y aún algunas tienen virtudes incompatibles; tales son el Matrimonio y la Orden sacerdotal. Luego el anacronismo y la antiperístasis impiden la unidad.
Podríase agregar que ese poema da argumento a propósito para el ornato de las bóvedas y espacios amplios de una parroquia, y que un templo de una institución particular requiere, con más propiedad el símbolo de su instituto. Empero estamos de acuerdo con la mente del autor: convenimos en que la Iglesia católica no es más que una.
Terminado someramente el juicio crítico que desde luego inspira la parte ideal de la comunicación; emitidas con pesar las razones que sin grande estudio se desprenden de la reflexión; patentizado, aduciendo algunos comprobantes con la multitud de obras maestras que de este género existen en Europa, que el Sr. Clavé no tuvo la inspiración oportuna, si bien la buscó en lo sublime, pasemos ansiosos al examen de cada uno de los cuadros al óleo que constituyen lo práctico de la obra.
Antes diremos que la pintura mural al óleo es impropia, por su preparación, por sus efectos y por su dispendio. Estos no son, en efecto, obstáculos invencibles. Medios hay de hacer la preparación uniforme, gradual y accesible, para impedir que la película de la pintura se contraiga, se enrosque, se desprenda y vuele. El huevo y las vidrieras pintadas matan en lo general el brillo que podría impedir la visión. La abundancia de doblones remueve, en fin, los demás inconvenientes. En cuanto a la duración, se puede asegurar que no es el tiempo sino más bien sus azares son los que aniquilan con más o menos brevedad las obras de los hombres. Réstanos decir, y los inteligentes lo afirmarán, que en la ejecución el óleo es muchísimo más fácil que el temple; el que pinta al óleo ve lo que hace; el que pinta al temple va a tientas, conjetura, y desgraciado si pierde el tono y la graduación. La pintura al óleo es hermosa, rica en su magia y agradable; si no se mancha, si no sufre las alteraciones consiguientes a su naturaleza, la obra a que aludimos ganará con el tiempo estimación.
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Resignados, pues, al análisis de ocho asuntos distintos; fijos los ojos en el cuadro que se halla sobre el altar mayor, al frente de la puerta principal, diremos, totalmente complacidos, que la composición es espléndida, por su ideal y por su efecto. Ignoramos si tuvo parte en esa creación la fantasía de alguno de los discípulos o si exclusivamente fue concepción del Sr. Clavé; pero de donde quiera que haya partido el pensamiento, lo repetimos, es conveniente y sublime. He aquí el trasunto:
La Cruz, ese símbolo adorable de nuestra redención, aparece fluida en el espacio; no material y pesada cual instrumento de suplicio, sino diáfana y reluciente. Tan mística visión impresiona seis espíritus que, en torno inferior, se hallan representados por Ángeles de hermosos tipos y seductora juventud; el recogimiento de aquellos seres simboliza el que deben llevar las almas de los mortales ante el ara sacrosanta, y si el artista hubiera desplegado más las alas de esos espíritus, que también son emblemas de la súplica, su vuelo habría dado más expresión al fervor que se remonta, y combatido el hundimiento que los profusos ropajes de que los revistió les imprimen; a lo menos a los dos del primer término. Cada uno de ellos deposita algún objeto de la pasión, atributos bien conocidos; cada uno poetiza el sentimiento religioso, y todos contemplan reverentes el divino meteoro.
La perspectiva y resolución parecen bien entendidas; la entonación es caliente y vaporosa; pero su armonía está infringida con el sudario blanco que tiene el ángel de la corona. ¿Olvidó el pintor que esa composición pedía el sacrificio general del blanco absoluto, a fin de no amortiguar el brillo de la Cruz? La luz oculta se descubre por sus efectos sobre los cuerpos, pero la luz visible mata en su derredor la brillantez. No obstante, admiramos el conjunto, la gracia, los toques, la belleza y la idealidad.
I
Habituados a trazar el círculo y la O sobre la izquierda, y a considerar el orden de subsecuencia de derecha a izquierda del objeto presidencial, quisimos, como comúnmente se siguen los argumentos en las cúpulas, seguir nuestra observación propendiendo al lado del Evangelio; pero cerciorarnos de que también en esto hay innovación, volvimos dóciles girando a nuestra derecha para no seguir inversa la prosecución de la historia.
Con el asunto del cuadro que sigue hacia la derecha del espectador han simbolizado generalmente todos los artistas el sacramento del bautismo, y por lo tanto vemos al Bautista bautizando al institutor. Nadie dejará de comprender inmediatamente que San Juan ejerce en ese acto un sacerdocio, y que Jesucristo recibe en él una gracia; luego por esto y por la humildad que caracterizó tanto a Jesucristo no debió el artista ponerle de pie, así como por razón de dignidad no debió tampoco poner a San Juan hincado. Se convendrá en que la acción sería violentísima si se hallara sobre un mismo plano Jesús parado y San Juan arrodillado. ¿Qué hacer para mantener el mismo pensamiento y destruir la violencia? Sumergir en el río demasiado a Jesucristo, o elevar sobre peñas a San Juan. Lo primero truncaría la figura horriblemente, luego lo segundo. Pero esto último es rebuscado, y por consiguiente contra el arte, luego la composición no es buena a pesar de haberse dado a San Juan más respeto y acatamiento por el Salvador que el que haya tenido por cuantos fueron a buscar la gracia en las aguas del Jordán. Poussin, Veronese y casi todos los grandes pintores han puesto, debida y artísticamente, a Jesús de rodillas y a San Juan no sólo en pié sino en actitudes esbeltas. ¿Por qué, pues, no imitar en rasgos tan filosóficos a los buenos maestros?. La presencia y reposo de los dos ángeles que guardan las vestiduras del Salvador es poética y oportuna, porque contribuye al efecto religioso y da solemnidad al acontecimiento; los rayos del Espíritu Santo vivifican la escena.
La entonación de este cuadro es en lo general grata; hay un efecto en San Juan, pesado y de mala perspectiva a causa de la mucha ropa con que el artista ha creído dar mayor pudor a la figura, y por la analogía de color; pero en cambio el dorso del Cristo es fresco y bien modelado, su virginal cabeza, inspira amor, despierta la fe; el dibujo de toda la figura es correcto, si se exceptúa el de la pantorrilla izquierda, que está muy gruesa, o solo quizá plana; la encarnación contrasta bien con la de San Juan. Mucho, a la verdad, habría ganado el paisaje todo, si al agua del primer término, equilibrando la base del anterior cuadro, se hubiese dado por oscuro más transparencia.
II
Continuando sobre la derecha, vimos una escena bastante enriquecida, con trece figuras, gradualmente perdidas y dispuestas con inteligencia. Represéntase en ella a San Pedro y a otro de los enviados confiriendo la confirmacion. El pastorcillo del primer término, arrodillado con rústico aplomo, recibe por medio de la imposición de las manos episcopales, la gracia del Espíritu Santo; en los grupos hay vehemencia y respeto, y en las personas interés y veneración; hay santidad en los apóstoles y tranquilidad en el episodio. La niña que se halla ante San Juan, tiene toda la gracia del arte y de la infancia. El toldo se desprende bien y proyecta una sombra transparente y algo entintada que produce buen efecto sobre los personajes; pero no basta el marco a desvanecer la ingrata sección del corte de la tela, porque al ojo izquierdo del espectador, hallando espacio más allá de la arista, busca el complemento. No lo verá así el compositor en el boceto, pues hallándose éste aislado, la sección del margen no impide a la imaginación prosiga el efecto. Fuenos muy sensible encontrar en este cuadro arrodillada delante de San Pedro una figura que le es en un todo homogénea, ¡repetición inoportuna! ¡redundancia que neutraliza la perspectiva aérea, por verse en ella una prolongación de los mismos colores y ropajes!
La atmósfera está en la debida entonación caliente pero tan enrarecida, que hace demasiado seco el paisaje: el colorido está bastante comprendido en carnes y objetos individualmente; el tronco y follaje del árbol bien tocados.
III
Entremos a la casa de Simón, hospitalario y rico fariseo: allí se nos representa el puerto de salvación, es decir: la penitencia. Jesús, absuelve a la pródiga Magdalena, y con esta institución asombra a los magnates, que habituados a apurar los deleites, ya dudan, y aun esperan.
Nos parece que en la postura del Redentor se deja ver reticencia, encogimiento y poco realce; falta expresión a su cabeza y vigor a toda la efigie. La Magdalena sí que conmueve, su prosternación está bien expresada, sus finas ropas caen distribuidas con gracia, el partido de pliegues no es atrevido, pero sí prolijo y laborioso, el claro oscuro es natural y las últimas pinceladas la embellecen toda: más profusión de pelo y una luenga cabellera repartida habrían aumentado su prestigio. El aspecto del huésped es simpático y respetable: bella edad del hombre en que el físico ostenta plenitud y el alma rebosa en benevolencia e hidalguía. Está confundido con la parábola y reproches de Jesús; anonadado con su propio juicio. Su traje es rico, su continente reposado, olvida el festín y..... se enternece. Los otros tres personajes revelan bien los sentimientos que parecen combatir en su pecho, duda, conmoción y menosprecio. El siervo sin interrumpir su faena, respira cierta complacencia por el buen acogimiento que Jesús dispensa a la mujer contrita.
Hállase bastante suntuosidad en el fondo, pero la vajilla y demás accesorios son escasos; la sombra oblicua proyectada en primer término es oportuna y da buen efecto.
IV
El cuadro siguiente representa la institución de la eucaristia. Jesús presenta el sagrado pan, y los apóstoles dejan sus asientos y se arrodillan para recibir la porción que ha de santificarles.
Separando el alma de una contemplación tan venerada y trayendo el espíritu al juicio del asunto, hemos comprendido que el autor quiso realzar la religiosidad de este acto admirable, desviándose de la expresión común del cenáculo. Pero creemos que el resultado le ha sido ingrato; porque materializó la Comunión, formulándola con una ceremonia posterior; faltó a la verdad histórica y en ello perdió el sublime; y turbó solemnidad y reposa en el festín eucarístico. Jesús sorprendió a sus discípulos con su…
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Destrucción de las molduras del Zócalo
El Diario del Imperio
17 de Junio de 1867
La Iberia da la siguiente:
Espíritu de destrucción. Causa verdadero pesar y produce muy mala idea de la educación y cultura de algunas personas, verlas en los jardines de la Plaza principal sentarse en las banquillas que han de ser adornadas con barandales de hierro, y destruir con los pies las molduras y adornos de cantería que circundan el zócalo. Tenemos entendido que por razón de las circunstancias públicas no se han concluido los barandales, y que con el fin de evitar que los concurrentes se sienten indiscretamente en esos asientos no concluidos, se han puesto unos trozos de madera que los resguarden por ahora.
Ya que tenemos un lugar de recreo tan agradable, bueno sería recomendar, como recomendamos a los concurrentes, que no destruyan los adornos de la Plaza, ni mucho menos los de los asientos del zócalo, que son los que de algunos días a esta parte han llamado más la atención de algunos jóvenes para pasar el rato destruyéndolos.
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Nuevo puente colgante en Nashville
Ilustración Americana
19 de Junio de1867
Damos una vista del nuevo puente de cadenas que se ha echado sobre el río Cumberland, en Nashville.
Es una obra gigantesca y bellísima, según puede colegirse por el grabado, de cuya exactitud no puede quedar duda.
El anterior lo destruyó durante la guerra el general confederado Floyd, cuando habiendo capitulado el castillo Donelson, tuvo que evacuar a Nashville. Su objeto fue retardar la persecución de las fuerzas federales.
Concluida la guerra se puso la mano a la reedificación del puente con actividad y constancia, como que sin él, Nashville apenas se podía comunicar con Kentucky, y ya le vemos concluido.
El nuevo puente se halla pues a unos 100 pies sobre la superficie del agua del río en su estado normal. Para los pedestres hay a uno y otro lado del puente banquetas de madera. Sus principales apoyos son dos cables de alambre de hierro de ocho pulgadas de diámetro. Sirve para poner en comunicación a Nashville con Edgefield, siendo algunos pies más elevados en el extremo norte que en el extremo sur.
Tiene de extensión 650 pies y de anchura 28 y dos pulgadas.
Por debajo de esta obra tan colosal como hermosa pasan los vapores que navegan el río Cumberland, según se representa en el grabado.
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Mezquita Turca en la Exposición de París
Ilustración Americana
26 de Junio de1867
Mezquita Turca en la Exposición de París
Damos esta semana algunos grabados de la gran Exposición. La fábrica principal del departamento turco en el parque o Campo de Marte, es una mezquita en miniatura, reducción en pequeña escala de la famosa mezquita verde de Broussa, erigida por el Sultán Mahomet I, y que, según se dice, se ha copiado con el mayor escrúpulo en todas sus partes, aun en los más menudos detalles de ornamentación.
El edificio, que es cuadrado en la forma, está coronado por una cúpula y tiene un minarete que se levanta del extremo occidental, desde la cima del cual en el oriente, según se sabe, el mezzin [almuédano] convoca a los fieles a la oración.
Este minarete no da sino una idea apagada de lo que es el de Broussa, que mide no menos de 220 pies de alto. El estilo arquitectónico de este juguete de mezquita es una mezcla del sarraceno y el bizantino que los arquitectos griegos, empleados por los sultanes turcos, impusieron a sus propios conquistadores. La combinación de cubos y triángulos que puede observarse en todo es griega; las pesadas cornisas son bizantinas, aligeradas para satisfacer el gusto de los turcos por los ornamentos a guisa de estalactitas puramente árabes.
Fábricas circulares con rejas a uno y otro lado, y techos de aleros anchos, representan las fuentes con que la piedad turca ha dotado profusamente sus ciudades. Antes de entrar en la mezquita, hay que pasar por un vestíbulo, destinado para recibir los zapatos de los fieles, que entran descalzos, a fin de no contaminarla con nada que sea inmundo.
Conforme a una estricta regla, los mahometanos únicamente pueden entrar en la mezquita, pero se ha relajado dicha regla en muchas ciudades del Oriente y admiten a los profanos, así que se quitan las medias y se calzan unas chinelas dispuestas con este objeto. Por nada de esto, sin embargo, hay que pasar para penetrar en la mezquita del Campo de Marte. Por sucias que estén las botas del visitante no le negarán la entrada.
El portero tiene toda la apariencia de un judío argelino. Suponemos que ningún musulmán verdadero hubiera aceptado el oficio, ni aun por un momento presenciado el sacrilegio. El nicho que hay frente a la entrada representa el Mihrah, el cual designa el Kibleh o la dirección de oración. Está adornado de tejas de colores, hechas en París por muestras orientales. La inscripción, en caracteres elegantes arábigos, blanca sobre fondo azul oscuro, es la invocación acostumbrada: En el nombre de Dios, el Misericordioso, al Piadoso; no hay ayuda ni poder sino en Dios! El verso del Corán, repetido dos veces, negro en campo blanco, corre en torno del cornisamento.
El piso está cubierto de alfombras y felpudos, y como en las iglesias españolas y rusas, no tiene asientos. En el ángulo del sudeste se halla el púlpito del imán que parece demasiado grande en proporción de la mezquita. Del arco triunfal que da entrada a la escalera larga y recta que conduce a dicho púlpito, cuelgan dos banderas verdes, y el predicador sube a él armado de una espada desnuda en Santa Sofía y otras iglesias tomadas a cristianos.
Hacia el oeste de la mezquita se halla el Salemlik o palacio del virrey de Egipto, preparado por los comisionados egipcios para recibirle cuando llegue a París este verano. Dicho Salemlik es un elegante pabellón oriental coronado por una cúpula, y sobrecargado de adornos del gusto arábigo más puro. Sobre el arco de la entrada hay el siguiente versículo del Corán: ¡Oh, tú que abres las puertas, ábrenos las de Dios!