Cocijo, el dios del rayo, es una de las deidades más importantes del panteón zapoteco, pues era el encargado de hacer llegar el agua a la tierra y así generar el crecimiento de las plantas y los cultivos.

A Cocijo también se le considera como la entidad sagrada encargada de la lluvia, las tormentas, la niebla, las nubes, el rocío, el granizo, de las fuentes terrestres de agua y, por lo tanto, de la fertilidad y la agricultura; atribuciones que continúan vigentes en la actualidad pues, durante los rituales agrícolas de las comunidades zapotecas del sur de Oaxaca, se invoca al Rayo, solicitando su favor en los cultivos, especialmente del maíz.

Debido a su importancia, es el dios del que más representaciones se han conservado. Esta urna de arcilla modelada fue encontrada en la Plataforma Sur del sitio arqueológico de Monte Albán en Oaxaca, y se encuentra resguardada en su Museo de Sitio. Conoce más detalles en la Mediateca INAH.

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