Alegoría de la preciosa sangre de Cristo

En 1849 el Papa Pío IX extendió la fiesta de la Preciosa Sangre de Cristo a la Iglesia Universal y señaló que cada primer domingo de julio debía estar dedicado a su celebración. Posteriormente Pío X asignó el 1 de julio como la fecha fija de esta festividad.
El 30 de junio de 1960, el Papa San Juan XXIII escribió una Carta Apostólica Inde a Primis, donde elevó la Preciosa Sangre al culto de latría o adoración, ya que consideraba que era justo rendir homenaje y gratitud a Cristo por su divina sangre que fluye por todos los Sacramentos de la Iglesia Católica y que fue derramada desde el octavo día de su nacimiento y después con mayor abundancia en la agonía del huerto, en la flagelación y coronación de espinas, en la subida al Calvario y en la Crucifixión y, finalmente, en la extensa herida que le hicieron en el costado.
En este óleo sobre tela podemos admirar una representación poco común de la Alegoría de la Sangre de Cristo. Al centro de la composición se encuentra la figura de Cristo coronado de espinas y arrodillado sobre un elemento que parece ser una roca. Esta pintura data del siglo XVIII y actualmente forma parte de la colección del Museo Nacional del Virreinato. Conócela en la Mediateca INAH.