La historia de los Reyes Magos tiene su origen en el Evangelio de San Mateo, el cual señala que unos “magos” de oriente llegaron a Jerusalén en busca del rey de los judíos que acababa de nacer. Aunque en el Evangelio no se dice cuántos eran, por tradición se les considera tres, debido al número de regalos que entregaron al Niño Jesús: oro, incienso y mirra. Sus nombres, Melchor, Gaspar y Baltasar provienen del evangelio armenio de la infancia que data del siglo VI y que fue considerado apócrifo por la Iglesia Católica, pero que ejerció gran influencia en las tradiciones populares.

A lo largo de la Edad Media la leyenda se fue configurando como la conocemos hoy y se extendió por toda Europa. En España en el siglo XII se escribió el “Auto de los Reyes Magos”, obra teatral fundamental donde se habla de estos personajes como “steleros”, es decir, astrólogos. Asimismo, en 1490 se publicó la Historia de los Reyes Magos, libro que evidencia la importancia y popularidad de este relato. Fue a través de España que la tradición de los Reyes Magos llegó a México durante la época virreinal.

La adoración de los Reyes Magos al niño Jesús ha sido un tema común en el arte religioso. En esta pintura del siglo XVIII, perteneciente al Museo Regional de Guerrero, se observa el momento en que los reyes se postran ante el Niño Jesús que se encuentra en brazos de la Virgen María y acompañado por San José. Además de los tres reyes, en el cuadro aparecen otros personajes con armadura militar que representan al numeroso ejército que, de acuerdo con los evangelios apócrifos, acompañaban a los magos.

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