Esta diosa femenina a veces se muestra como una mujer joven (luna creciente) o como una anciana (luna menguante).

Se le relaciona con el embarazo y el parto, pero también con la medicina, las aguas, la pintura, el arcoíris, los textiles, la fertilidad de la tierra y la noche, aunque como diosa anciana se le representaba de manera destructiva, causante de catástrofes e inundaciones. En el período Clásico, se le representaba cargando un conejo, símbolo de la luna.

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