La tumba de tiro es una tradición funeraria que se desarrolló en los actuales estados de Nayarit, Colima, Jalisco, Michoacán y el sur de Zacateca. Dicha práctica se extendió del periodo Preclásico Tardío hasta el Clásico Temprano.

Estas tumbas eran cámaras subterráneas en las que se depositaban a los difuntos de alto rango acompañados de grandes ofrendas para que durante su tránsito al mundo de los muertos contaran con todo lo necesario, así como con elementos que lo vincularan con su vida pasada. Por ello, se colocaban junto a él vasijas con alimentos y líquidos; esculturas con representaciones antropomorfas y zoomorfas; así como algunos objetos de uso cotidiano como pulseras, sartales, pectorales, cuentas de concha, entre otras.

Esta figurilla antropomorfa masculina representa a un jugador de pelota, se encuentra en posición sedente, con las piernas cruzadas. Porta pantalóncillo blanco, calzón protector de cintura y el torso desnudo con pintura corporal. En una de sus manos sostiene una pelota. Esta pieza procede de una tumba de tiro localizada en Nayarit y actualmente es resguardada en el Museo Nacional de Antropología. Conócela en la Mediateca INAH

 

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