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  • Colección Observatorio Tacubaya - Fototeca Nacional

    Fotografías

    El 9 de diciembre de 1980 se incorporó a la Fototeca Nacional una colección de 2,143 negativos de la Filmoteca de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), conformada con materiales que habían pertenecido a este Observatorio producidos entre 1897 y 1947. Los primeros intentos por crear un observatorio datan de 1862 en el Castillo de Chapultepec, sin embargo las vicisitudes de la intervención francesa obligaron a posponer el proyecto. En 1867 la azotea del Palacio Nacional sirvió para ese fin, y en 1877 por decreto presidencial se fundó el Observatorio Astronómico Nacional, que en un año después se instaló formalmente en el Castillo. En 1833 se trasladó al edificio del ex Arzobispado, en Tacubaya, donde se dispusieron instalaciones especiales para su funcionamiento, y en 1929 pasó a depender formalmente de la UNAM.

     Entre fines del siglo XIX y las primeras décadas del XX, los astrónomos de Tacubaya trabajaron intensamente en la obtención de las placas fotográficas indispensables para la elaboración del Catálogo fotográfico y carta del cielo, iniciativa promovida por el Observatorio de París. Un gran número de fotografías de este fondo están dedicadas al estudio del Sol, los eclipses solares y lunares, la caída del cometa Halley en su aparición de 1910 y el tránsito de Mercurio el 14 de noviembre de 1907; también se encontraron fotografías espectroscópicas de las estrellas más importantes de algunas constelaciones, realizadas entre 1912 y 1947, y tomas de instrumentos como espectrómetros, magnetómetros, teodolitos, telescopios altacimutales y cenitales.

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  • Serie De la independencia a la revolución - INAH TV

    Videos

    La historia de México debe ser contada una y otra vez, porque mientras más la analicemos y nos preguntemos sus porqués, será más fácil poder vislumbrar una mejor sociedad y entendernos como individuos partícipes de ella. En este sentido, las conmemoraciones del bicentenario de la Independencia y del centenario de la Revolución, nos brindan una oportunidad para mirar al pasado y entender los acontecimientos históricos, no como hechos fortuitos, sino como procesos que han trazado el devenir de nuestro país. A lo largo de 8 programas, la serie "De la Independencia a la Revolución" realiza una revisión cronológica, a través de breves recorridos ilustrados con acervos históricos, que da cuenta de los contextos y la vida cotidiana, del siglo que nos llevó de un movimiento social a otro. 

    El primer capítulo se titula “Una sociedad llena de preguntas”, trata sobre la época novohispana y el movimiento independentista. El segundo, “Un arduo comienzo”, retrata los primeros años de la vida independiente hasta 1854. El tercero, “Las disputas por la nación”, abarca las luchas entre liberales y conservadores del siglo XIX, fundamentalmente la Guerra de Reforma y el Segundo Imperio. El cuarto, “Una paz inquieta” da cuenta de la República Restaurada y el Porfiriato El quinto, “Y la Independencia cumplió 100 años”, retoma el último tramo del Porfiriato, específicamente la celebración del centenario de la Independencia a través de inauguraciones, banquetes y numerosos actos cívicos. El sexto, “Una idea que viaja en ferrocarril”, expone la expansión acelerada de esta industria a lo largo de la segunda mitad del siglo XIX, así como su uso durante la Revolución. El séptimo, “La Revolución Documentada”, muestra los registros del periodo revolucionario a través de los medios de expresión de entonces (cine, fotografía, prensa, pintura…) El octavo, “El Pasado de nuestro presente”, refiere el interés de la nación mexicana por su historia a lo largo del tiempo, hasta llegar al Instituto Nacional de Antropología e Historia.

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  • Colección Aurelio Escobar - Fototeca Nacional

    Fotografías

    La colección Aurelio Escobar, la conforman un total de 739 positivos y 464 negativos de diversos formatos y técnicas, además de 9 cámaras fotográficas y 168 elementos de equipo fotográfico, al que se suman libros y revistas de fotografía además de postales, que fueron donados a la Fototeca Nacional del Instituto Nacional de Antropología e Historia en 2014, por María Josefina Escobar Vélez y Arturo Guevara Escobar, hija y nieto respectivamente, de uno de los autores que dieron nuevas luces para la investigación fotográfica del siglo XX en México. El material fotográfico cubre un arco temporal de 1906 a 1964, tanto de vida cotidiana, como retrato de estudio, Revolución Mexicana, fotografía panorámica de grupo, algunas muestras de fotografía publicitaria, entre otros temas retratados por el fotógrafo jalisciense Aurelio Escobar.

    El autor colaboró con H. J. Gutiérrez y Fotografía Marst a inicios del siglo XX. Hacia la década de los treinta fundó A. Escobar fotógrafo profesional y veinte años más tarde Foto panorámicas Escobar. Destacan algunas vistas sobre todo de Francisco I. Madero, durante la Revolución maderista y al término de ésta, en el momento de su campaña electoral, firmadas por el estudio de Heliodoro Juan Gutiérrez. Capta singulares imágenes de clubes y gremios en apoyo a la candidatura de Francisco I. Madero. Resulta interesante una imagen donde Madero, está reunido con su familia y algunos políticos afuera del cinematógrafo, sin protocolo alguno. De la fotografía de retrato, la colección contiene una serie sobre bodas y novias con tomas creativas.

    La fotografía panorámica es recurrente en esta colección, tanto de paisaje urbano como de retrato de grupo, de sectores laborales, empresariales y eclesiásticos. No deja de lado el autor situaciones cotidianas de la ciudad de México donde está presente la evolución urbana en cuanto a edificios y medios de transporte. De la misma manera, esta documentad la visita del presidente Harry S. Truman a México en 1947. La colección Aurelio Escobar guarda un contenido histórico, social y cultural multifacético con arco temporal amplio, donde el usuario podrá adquirir información gráfica del México de la primera mitad del siglo XX.

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  • Colección Tina Modotti - Fototeca Nacional

    Fotografías

    El 28 de agosto de 1979, Carlos Vidali C., en nombre y representación de su padre Vittorio Vidali, último compañero de la fotógrafa Tina Modotti, donó al Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) 94 piezas (84 negativos y 10 transparencias) realizadas entre 1923 y 1930, material que ingresó a la Fototeca Nacional en septiembre de ese mismo año. Assunta Adelaide Luigia Modotti (Tina) nació en Udine, Italia, el 17 de agosto de 1896. A los 17 años emigró y se casó con el poeta y pintor Roubaix de L´Abrie Richey, mejor conocido como Robo, quien atraído por las noticias sobre México que circulaban en Los Ángeles, decidió visitarlo. Aquí murió en 1922 y Tina acudió a su funeral. Fascinada por el país regresó un año más tarde en compañía del fotógrafo Edward Weston, influencia decisiva en su vida y en su trayectoria artística. En la capital, la pareja se integró rápidamente al grupo de artistas e intelectuales que giraban en torno a Diego Rivera y al proyecto cultural revolucionario que parecía echar raíces en México. Ambos exhibieron tanto en la ciudad de México como en Guadalajara, con críticas favorables, lo que fue llevando a Tina a un compromiso mayor con la fotografía. A fines de 1925 adquirió una cámara de formato medio, una Graflex que más adelante quedaría en manos de Manuel Álvarez Bravo. En marzo de 1926, comenzó con Weston el proyecto de fotografiar artesanías y arquitectura colonial para ilustrar el libro de Anita Brenner, Ídolos tras los altares (1929), encomienda que les llevó por Jalisco, Michoacán, Puebla y Oaxaca.

    Hacia fines de ese año, Weston abandonó México definitivamente y Modotti permaneció en el país, involucrada con su quehacer fotográfico y con el proyecto político del Partido Comunista, vínculo intensificado por su relación con Xavier Guerrero, pintor y miembro activo de dicha organización. No obstante, mantuvo un intercambio epistolar con el fotógrafo, la cual permite rastrear sus inquietudes en torno a su trabajo artístico. Su obra comenzó a aparecer en revistas culturales como Forma, Creative Art Mexican Folkways, así como en publicaciones de izquierda mexicanas (El Machete), alemanas (AIZ), norteamericanas (New Masses) y soviéticas (Puti Mopra). Registró la labor de dos grandes muralistas del momento, Diego Rivera y José Clemente Orozco, a la vez que mantuvo amistad con artistas más jóvenes que experimentaban con otros lenguajes plásticos, como del movimiento estridentista. En la segunda mitad de 1928 comenzó su corta relación amorosa con Julio Antonio Mella, comunista cubano exiliado en México. En enero de 1929, Mella fue asesinado y Tina se vio involucrada en las investigaciones sobre el caso. En este clima hostil concretó dos importantes proyectos: viajó a Tehuantepec, donde realizó algunas fotografías que marcaron un giro en su lenguaje formal, que parecía encaminarse hacia una expresión más libre, y en diciembre montó en la Biblioteca Nacional su primera exposición individual. Para tal ocasión escribió una especie de manifiesto que devino en hito de la fotografía en México. En febrero de 1930 fue expulsada del país, acusada de participar en un complot para asesinar al presidente electo, Pascual Ortiz Rubio. Llegó a Berlín, donde intentó trabajar como fotógrafa sin mucho éxito. Partió a Moscú y se incorporó de lleno al Socorro Rojo Internacional, una de las organizaciones auxiliares de la Internacional Comunista. Poco a poco abandonó la fotografía, dedicando todo su esfuerzo a la acción política. En la capital soviética reafirmó su vínculo con Vittorio Vidali (el Comandante Carlos), comunista italiano al que había conocido en México, y con quien compartió la última década de su vida. En 1936, combatió en España en el bando republicano, y, ante la derrota de éste, en 1939, se vio obligada a emigrar nuevamente. Regresó entonces a la capital mexicana, donde murió el 5 de enero de 1942.

    La producción fotográfica de Tina Modotti se circunscribió básicamente a los años vividos en nuestro país, e incluso ha llegado a emblematizar algunos aspectos de la vida del México de entonces. En sus inicios como fotógrafa, privilegió las composiciones de elementos aislados de la vida cotidiana, tal como hacían en ese momento muchos autores de Europa y los Estados Unidos. Estos ensayos le permitieron desarrollar conocimiento del encuadre y de la limpieza en la composición, resultado de un meditado proceso creativo que iba desde la toma hasta el trabajo de laboratorio. Modotti incursionó en la representación de la modernidad arquitectónica y urbana. Posteriormente, su militancia política la llevó al registro de eventos del Partido Comunista y a realizar ensayos en torno a emblemas y símbolos, como la maternidad. Siempre tuvo especial sensibilidad para el retrato, los que efectúo denotan poderosamente la personalidad del sujeto. Marcó, junto con Weston, un rumbo diferente para la fotografía –que adquiriría nuevos matices en la obra de Agustín Jiménez o de Manuel Álvarez Bravo–, y es por ello que ambos ocupan un lugar destacado en la historia de la fotografía en México.

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  • Acervo Arqueológico - Museo de las Culturas de Oaxaca

    Piezas arqueológicas

    Esta colección difunde aspectos culturales de las civilizaciones prehispánicas de Oaxaca. Gracias a los objetos de este acervo podemos apreciar el desarrollo civilizatorio de estas culturas, desde los primeros restos arqueológicos hallados en la región, hasta el establecimiento de ciudades como Monte Albán y el surgimiento de grandes señoríos como Yagul, Mitla, Lambitieco y Zaachila.

    Forma parte importante de este acervo el tesoro de la tumba de 7 de Monte Albán, uno de los descubrimientos más relevantes de la arqueología mexicana. Aquí se agrupan objetos ornamentales mixtecos elaborados con oro, plata y piedras preciosas como turquesa, obsidiana, piedra verde, cristal de roca, entre otros. Estos formaron parte de las redes de intercambio con otros sitios mesoamericanos.

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  • Colección Eduardo Oropeza - Fototeca Nacional

    Fotografías

    Esta colección fue constituida con 155 piezas (5 negativos y 150 positivos) que se encontraban en poder del antropólogo Eduardo Oropeza, e ingresaron a la Fototeca Nacional en 1997. Aparentemente, las imágenes –tomadas durante el primer decenio del siglo XX- son obra de un fotógrafo aficionado que captó con cámara estereoscópica escenas de días de campo, jaripeos y vistas de una casa campirana con sus jardines, así como retratos de familias campesinas. También contiene series rotuladas –quizá obra comercial- sobre Chapultepec e Iglesias de la Ciudad de México, además de vistas, puentes y estaciones de ferrocarril, especialmente de la zona aledaña a Xalapa, Veracruz.

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  • Colección Hoffman - Fototeca Nacional

    Fotografías

    En junio de 2009, la Secretaría Administrativa del INAH adquirió de Armando Raúl Sandoval Hoffmann, una colección de 195 impresiones fotográficas plata sobre gelatina. Ingresaron directamente a la Escuela Nacional de Conservación, Restauración y Museografía, para su estabilización. En marzo de 2013, la colección se integró al acervo de Fototeca Nacional. 

    Todas las impresiones fotográficas no sobrepasan las 5 x 7 pulgadas. La colección se halla integrada en cuatro álbumes de reciente factura, que presentan un recorrido visual por los principales sucesos en México de 1910 a 1914, desde los festejos del Centenario de la Independencia en septiembre de 1910; las iluminaciones nocturnas de las principales avenidas; las conmemoraciones y celebraciones que tuvieron lugar, como la Inauguración del monumento a Humboldt en la Biblioteca Nacional; los personajes que desfilaron en los diversos contingentes del desfiles histórico el 15 de septiembre. Mientras esto sucedía, también se halla una amplia documentación de revolucionarios maderistas en el Estado de México. Así también la renuncia de Porfirio Díaz y los tumultos en la Ciudad de México del 25 de mayo de 1911; el desfile militar en avenida Reforma durante la ceremonia de entrega de banderas precedida por Francisco León de la Barra el 6 de agosto de 1911; el desfile de durante la toma de posesión de Francisco I. Madero el 6 de noviembre de 1911; el Ejército zapatista en Morelos en 1911; la entrada de Emiliano y Eufemio Zapata a Cuernavaca en junio de 1911 y días subsecuentes.

    Hay un gran número de imágenes de la Decena Trágica en febrero de 1913, bastantes de la artillería felicista en la Ciudadela, pero no se trata de escenas cruentas de batalla, sino de un registro de los efectos destructivos en la ciudad, calles, casas, habitaciones, así como de las cárceles de Belem y de Santiago Tlatelolco. La mayoría de las imágenes están atribuidas al estudio fotográfico Hugo Brehme, otras firmadas por el editor Miret. También está documentada la defensa que llevaron a cabo los soldados federales en Xochimilco en agosto 1914. Algunas vistas de los carrancistas en la Estación Central y destaca la Entrada del Ejército Constitucionalista en la Ciudad de México el 20 de agosto de 1914. Es posible hallar un amplio registro de la invasión estadounidense en abril de 1914 en el puerto de Veracruz; hay documentación de diversos barcos y cruceros de guerra vistos en el mar, así como fotos de grupo de la tripulación. El desembarco y posterior desfile de tropas estadounidenses; la ocupación del puerto, el campamento en Los Cocos y calles, autoría de Walter P. Hadsell, Ponciano Flores Pérez y Hugo Brehme.

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  • Colección Marcos Rocha - Fototeca Nacional

    Fotografías

    Se desconoce el origen de esta colección, compuesta por 123 piezas (30 negativos y 85 positivos), que se incorporó a la Fototeca Nacional en la década de 1980. Todo parece indicar que se trata de la obra de un aficionado que utilizó una cámara estereoscópica, algo frecuente a principios del siglo XX, y que con la práctica desarrolló algunas interesantes perspectivas. La colección contiene una serie de vistas de ciudades como Guadalajara y Monterrey; diversos parajes, algunos vinculados a la industria, como Encasa, y paisajes que formaban parte del itinerario turístico, como las cascadas de Juanacatlán. También pueden encontrarse retratos y escenas de la vida cotidiana de fines del siglo XIX y principios del XX.

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  • Colección Cruces y Campa - Fototeca Nacional

    Fotografías

    Esta colección fue creada en 1993, a raíz de una investigación realizada por la historiadora Patricia Massé en torno a la obra de estos autores, ubicada en diversas colecciones de la Fototeca Nacional a modo de facilitar su acceso. Los 1,435 positivos que abarcan de 1862 a inicios del siglo xx, provenían originalmente de las colecciones del Museo Nacional (Culhuacán), Felipe Teixidor y Casasola.

    Cruces y Campa fue una de las firmas más famosas entre el gremio de profesionales establecido en la década de 1860, cuando surgió un novedoso formato para el retrato: la tarjeta de visita, que propició la reducción de costos y una amplia circulación. El estudio fue fundado en 1862 por Antíoco Cruces y el profesor de grabado Luis Campa en la Ciudad de México, primero en la calle de San Francisco y luego en la del Empedradillo, a un costado de la Catedral Metropolitana. La firma se mantuvo durante quince años y posteriormente Cruces se hizo cargo del negocio; sin embargo, todo indica que su ex socio fundó un nuevo estudio, Campa y compañía, que figura en 1903. Mientras laboraron juntos, por sus salones circularon los más destacados personajes de las sociedad y la política mexicana, especialmente los vinculados al partido liberal. Aunque también fotografiaron a la elite del Segundo Imperio.

    Ambos autores estudiaron en la Academia de San Carlos, donde Campa impartió la cátedra de grabado. Esta formación les permitió componer sus obras dentro de los cánones artísticos vigentes, lo que les valió el reconocimiento nacional e internacional, ejemplo de ello es el premio obtenido en la Exposición de Filadelfia de 1876. En sus retratos están presentes los signos de aceptación social de la época, enmarcados en un decorado sencillo que permití acentuar la personalidad de los sujetos con una impresión de naturalidad. Un año antes, anunciaban que a partir de octubre, iban a destruir los “clichets o retratos negativos” que habían conservado por catorce años para dar un nuevo uso a los cristales.

    Algunos de esos retratos les sirvieron para editar con gran éxito una Galería de personas que han ejercido el mando supremo de México, registrada en 1874. Con textos de Basilio Pérez Gallardo, fue un eficaz vehículo para la educación cívica a raíz de la derrota del Imperio y la restauración de la República. También acrecentó su fama la vasta colección de tipos mexicanos, que alcanzó una amplia difusión y que con el tiempo se ha incorporado al imaginario social del país. Ésta se caracteriza por la presencia en el estudio de indígenas y mestizos encuadrados en una cuidadosa escenografía, la cual conducía la representación a los modelos iconográficos de lo pintoresco.

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