Iglesia Vieja
Iglesia Vieja |
Asentada en tres mesetas de más de 700 m de altura en la Sierra Madre de Chiapas, la zona arqueológica Iglesia Vieja se localiza 4 kilómetros al norte de la ciudad de Tonalá. Su cronología abarca desde el Preclásico Tardío (600-100 a.C.) hasta el Clásico Tardío (600-900), y la actividad constructiva más intensa corresponde al Clásico Temprano (250-600). Para erigir la ciudad sus pobladores aprovecharon la formación geológica de región, que es de origen volcánico y abundante en rocas ígneas de granito, las cuales utilizaron para este propósito. Aprovecharon asimismo la topografía natural, pues las mesetas están divididas por una serie de arroyos, donde más de 80 estructuras se distribuyen en cinco grupos arquitectónicos constituidos por plataformas grandes y medianas, basamentos y templos, así como plazas y accesos. Iglesia Vieja se extiende más de 60 hectáreas. Sin embargo, el área nuclear donde se encuentran las estructuras monumentales abarca 31. Este sitio impresionante fue visitado por diversos viajeros y estudiosos a principios del siglo XX, entre quienes destacan la etnóloga alemana Caecilie Seler-Sachs (1900) y los arqueólogos Enrique Juan Palacios (1928), Philip Drucker (1948) y Edwin Ferdon (1953); este último elaboró el plano y las descripciones de las estructuras principales, cuya nomenclatura aún sigue vigente. No obstante, después de la visita del arqueólogo Carlos Navarrete (1958), Iglesia Vieja permaneció olvidada los siguientes 40 años, hasta que en 1998 se realizó una inspección en el lugar. Prácticamente desconocida hasta entonces, y debido a la importancia de la zona arqueológica, el INAH la delimitó a través de una poligonal para su protección y el gobierno del estado de Chiapas construyó en el año 2000 un camino de terracería que facilitó el trabajo de campo. Hasta la fecha se han realizado nueve temporada de campo (2003-2004 y 2009 a 2016), en las que se realizaron la excavación y consolidación de los grupos arquitectónicos B y C. El conjunto arquitectónico del Grupo B se localiza en el extremo noroeste y en la parte más alta del sitio; tiene una gran plaza que mide aproximadamente 80 por 70 metros y está formado por tres grandes estructuras: B-1, B-2 y B-3. El Grupo C se encuentra al sur del Grupo B y ambos se comunican por una serie de rampas distribuidas en las pendientes del terreno. En el Grupo C se descubrieron cerca de 30 monumentos escultóricos, como el Altar 1 en el frente de la Estructura C-3, que muestra un rostro zoomorfo y tres rostros antropomorfos. Asimismo, se hallaron varias esculturas menores, como un águila originalmente empotrada como elemento arquitectónico. La arquitectura de Iglesia Vieja se caracteriza por tener recubrimiento megalítico de granito, talud con cornisas, esquinas remetidas y rampas, entre otros. Sin duda, el atributo más relevante es la arquitectura megalítica, donde se utilizaron bloques o lajas extraordinariamente grandes; algunos miden más de 3 metros y pesan 2 toneladas. El uso de piedra grande se encuentra en varios sitios como Aké e Izamal (Yucatán), El Mirador (Guatemala), Yohualichán (Puebla) y Chimalacatlán (Morelos), entre otros. Sin embargo, es poco común que se construya la totalidad de estructuras con bloques megalíticos, como se aprecia en Iglesia Vieja, hecho que rompe con los esquemas tecnológicos constructivos de Mesoamérica. Las entidades políticas que se desarrollaron en la región de Tonalá, donde habitaron muy probablemente los hablantes proto zoqueano, desempeñaron un papel muy importante por su ubicación estratégica en el corredor natural-cultural entre el este y oeste de Mesoamérica. La ciudad megalítica de Iglesia Vieja funcionó como una capital de los proto zoqueanos en el área de Istmo, desde el Golfo hasta el Pacífico, por su posición intermedia entre los grupos mayas y zapotecas. Jugó igualmente un papel significativo en el panorama geopolítico del Clásico en Mesoamérica, a la par de otras ciudades clásicas bien conocidas, como Teotihuacán, Monte Albán y Tikal.