Chicanná
Chicanná |
En la casa de la boca de la serpiente |
El asentamiento prehispánico de Chicanná no es de grandes dimensiones y las construcciones de su núcleo están distribuidas en pequeños grupos. El agua para sus antiguos habitantes podía ser provista desde la cercana aguada, o bien mediante chultunes construidos ex profeso para captarla. Los camellones y las terrazas en las laderas de la región revelan una forma especializada de agricultura intensiva. La ocupación humana en el sitio que nos ocupa se remonta a los periodos Preclásico Medio (anterior al 200 a.C.) y Preclásico Superior (150 a. C.-250), y se prolongó hasta alrededor del año 1100 de nuestra era. Su auge ocurrió en el Clásico Tardío (550-700) y Terminal (700-1100/1200), si bien existen restos de habitación superficial pertenecientes al Posclásico Tardío (después del año 1200). Chicanná significa en maya peninsular “la casa de la boca de la serpiente”, en alusión a los elementos serpentinos que decoran algunos de sus inmuebles. Algunas de las principales estructuras se caracterizan por estar ricamente ornamentadas y dotadas de fachadas zoomorfas integrales que representan a Itzamná con las fauces abiertas, como en los edificios II y XX. En cambio, estructuras como la X y la VI muestran a los lados de los accesos principales cascadas de mascarones en perfil. Otra de las cualidades son las torres que flanquean un edificio bajo y alargado, como sucede en el inmueble I, por lo que su arquitectura y cerámicas lo remiten a la tradición Río Bec. No omitimos subrayar que varios de los inmuebles del sitio son resultado de más de una etapa constructiva. Si bien se cuenta con evidencias de ocupación a través de las cerámicas del Preclásico Medio y Tardío en Chicanná, estas ciertamente son marginales. Sin embargo, para el Clásico Temprano es posible identificar actividad constructiva en el sitio a través de pisos de estuco en la Plaza A y la edificación de las estructuras IIIsub-2 y XIsub, asociadas a cerámicas del complejo Sabucan (450-500). No es sino hasta comienzos del Clásico Tardío cuando en el núcleo del asentamiento se levantan los inmuebles IIIsub-1, la parte central de la I aún sin torres, la estructura VI, así como los inmuebles VII, X y XI. Hacia finales del Clásico Tardío le son agregadas las torres al edificio I, y se erigen la estructura II, el anexo poniente de la VI y el primer nivel de la XX. La actividad constructiva no se detiene a la llegada del Clásico Terminal, puesto que es cuando en Chicanná se erigen las estructuras III y IIIA, así como el anexo oriente de la VI y el nivel superior de la estructura XX. El sitio arqueológico de Chicanná se ubica en el sur del estado de Campeche, a la altura del kilómetro 143 de la carretera federal que conduce de Escárcega a Chetumal. Fue localizado por Jack D. Eaton durante las exploraciones preliminares del proyecto Sureste de Campeche, dirigido por Wyllys Andrews IV de la Universidad de Tulane y auspiciado por la National Geographic Society durante los años 1969-1971. Asimismo, excavó y consolidó gran parte de los edificios II y XI. A partir de la década de 1980 se incrementaron los trabajos de investigación y restauración en la zona. No obstante, en todos ellos se intervinieron edificios de manera parcial. En esa época Román Piña Chan y su equipo trabajaron en las estructuras I y XX, Ramón Carrasco Vargas en los inmuebles III, VI, XX y el anexo del XVII, y Ricardo Bueno Cano liberó y consolidó durante las temporadas 1992 y 1993 las estructuras X, XI, así como la fachada posterior de la estructura II. Recientemente, entre los años 2011 y 2015, el Centro INAH Campeche realizó una serie de trabajos en Chicanná a través del proyecto de Intervención Mayor y Menor en Zonas Arqueológicas Abiertas al Público, a cargo de Vicente Suárez Aguilar, donde se atendieron una docena de inmuebles prehispánicos. Dichos trabajos comprendieron básicamente tres aspectos: mantenimiento y conservación arquitectónica para resolver los deterioros generales debido a factores naturales y humanos; labores complementarias de liberación y restauración en edificios que fueron parcialmente explorados años atrás y, finalmente, la intervención integral de inmuebles que complementan la secuencia constructiva y aportan información complementaria sobre la ocupación humana del sitio (cronología, relaciones culturales, etcétera).