Los mexicas acostumbraban a colocar grandes esculturas de barro en las entradas del Templo Mayor, como en el caso de esta figura.

Esta pieza, que posiblemente representa a un Sacerdote del Dios de la Muerte, está elaborada con la misma técnica de los Guerreros Águila y los Mictlantecuhtli que se encontraron en el Templo Mayor. La escultura, que hoy día se puede apreciar en el Museo Nacional de Antropología, tiene una especie de ornamento en la zona de sus genitales y una prenda en la cabeza, cuyas características lo han relacionado con el culto a los muertos.

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