Tamohí (El Consuelo)
Tamohí (El Consuelo) |
Lugar de las nubes de agua |
Ciudad prehispánica situada en un lomerío de la ribera sur del río Tampaón, que abarcó aproximadamente 210 hectáreas. Es probable que tres factores hayan determinado el asentamiento: una cercanía indispensable al agua; encontrarse fuera del alcance de las inundaciones; y una situación de resguardo contra probables ataques de los grupos cazadores-recolectores con los que colindaban hacia el norte. A pesar de haber tenido una vida breve, pues fue construida apenas unos dos o tres siglos antes de la llegada de los españoles y abandonada en el siglo XV, Tamohí fue uno de los centros huastecos más importantes en el último periodo de la época prehispánica. De acuerdo a los indicadores arqueológicos Tamohí era una sociedad estratificada compuesta por una clase gobernante y una de artesanos, que quizá pertenecían a una etnia diferente. La élite gobernante tenía reservadas las grandes plataformas con edificios públicos y privados, donde los sacerdotes-gobernantes realizaron sus actividades tanto de carácter religioso como administrativo. Al mismo tiempo se han encontrado espacios que por sus características se consideran como privados, los cuales debieron haber estado destinados para la residencia de los altos jerarcas. La ubicación del asentamiento, tan cercano a recursos acuíferos permanentes, le permitieron desarrollar una agricultura extensiva, procurando así el alimento para satisfacer a sus habitantes, quienes probablemente dispusieron de excedentes para intercambiar mercancías, por lo menos con los pueblos más cercanos, de productos como el maíz, frijol, calabaza, chile y particularmente algodón, además del pochote (fibra extraída de la ceiba). En 1917 en el sitio se descubrió, de manera casual, la famosa escultura de tipo portaestandarte, conocida como el “adolescente huasteco”.