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|a<p>La escena aquí recreada se encuentra basada en el Evangelio según san Juan que dice: “...levántase de la mesa y quitase sus vestidos, y habiendo tomado una toalla, se la ciñe. Hecha después agua en un lebrillo y pónese a lavar los pies de los discípulos, y a limpiarlos con la toalla que se había ceñido. Viene á Simón Pedro, y Pedro le dice: ¡Señor! ¿Tú lavarme a mí los pies? Respondióle Jesús y le dijo: Lo que yo hago tú no lo entiendes ahora, lo entenderás después. Dícele Pedro: Jamás por jamás no me lavarás tú a mí los pies. Respondióle Jesús: Si yo no te lavare, no tendrás parte conmigo. Dícele Simón Pedro: Señor, no solamente mis pies, sino las manos también, y la cabeza. Jesús le dice: El que acaba de lavarse no necesita lavarse más que los pies, estando como está limpio todo lo demás. Y en cuanto a vosotros limpios estáis, bien que no todos. (San Juan XIII, 4-10) Apegado al texto evangélico, Miguel Cabrera presenta a Cristo con la toalla ceñida a la cintura e hincado ante el lebrillo y frente a Pedro que, ya descalzo, acerca su pie izquierdo al agua; mientras, diez de los apóstoles se preparan el lavatorio. A través de una puerta se observa a Judas Iscariote, sentado todavía a la mesa. La escena es enriquecida por la presencia de Dios Padre que observa la acción desde una apertura de Gloria, con frases tomadas del libro de los Reyes y de san Lucas. Obra consignada por Pablo C. de Gante. (1) La obra forma parte de la serie que decora la sacristía de la iglesia de San Francisco Javier en Tepotzotlán.</p>
<p>(1) Pedro C. de Gante, Tepotzotlán, su historia y sus tesoros artísticos, pp. 185-186.</p> |